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you did something bad  ❞

Diciembre

Dos semanas. Han pasado dos semanas desde la última vez que hable con Sofía

En un inicio estaba bien. Incluso sentía como si me hubiera sacado un peso de encima, pero conforme pasaban los días, dudaba más y más de aquella decisión

¿Fue la correcta? Sí. ¿Se sentía bien? Claramente no

Sin embargo, a pesar de todo esto, nunca lo admitiría en voz alta. No podría admitir que realmente extrañaba a Sofía, como si hubiera roto conmigo

Roto algo que nunca existió

En tanto a la escuela, me encargo de cubrir lo estrictamente necesario para salir bien en el semestre. Estando a mediados de Diciembre, los exámenes habían comenzado, llenando mi mente con diferente información. Información que estaba segura, no me serviría en el futuro

Al terminar las clases, como ya es costumbre, Ernesto y Darío me acompañan a casa para no estar sola

Tal vez mis emociones apagadas les habían dado una pista de lo sucedido, aunque no se hubieran atrevido a hacer demasiadas preguntas

- ¿Qué van a querer comer hoy? – Darío pregunta, dejando caer su mochila en el piso de la sala al entrar

Me siento en la sala, suspirando cansada

- no sé. Solamente sé que le toca invitar a Atenea

Fijo la mirada sobre Ernesto

- wey, yo invite ayer

- sí, pero tú tienes dinero y nosotros no

- comienzo a creer que solo están conmigo por mi dinero – murmuro divertida

- no lo creas. Es un hecho – Ernesto se sienta a mi lado, siguiéndome el juego

Una hora después, Darío ya se había encargado de ordenar hamburguesas para los tres

Era común que hiciéramos esto

Básicamente ordenábamos comida diversa todos los días. Siempre ordenábamos de más, con la excusa de querer probar de todo un poco, aunque al final terminaramos dejando lo mismo de siempre

Ya con la hamburguesa vegana de sobra al centro de la mesa, nos habíamos puesto a jugar algún videojuego

Esto, cortesía de Hera, quien hace una semana había sugerido que era justo lo que nos faltaba

Ella no lo había tocado una sola vez desde que lo conectamos, pero no me podía quejar con ella por hacernos gastar. Era divertido

- ¡Que pendejo! – Ernesto grita, cuando el avatar de Darío cae al suelo, tras una patada del mío

- ¡A huevo! – me levanto de golpe, leyendo la frase game over en su pedazo de pantalla

También debía confesar que se había convertido en una pequeña adicción para mí. Adicción de las buenas, sobra decir

- voy por agua – aviso divertida, viendo como Ernesto sigue reprendiendo a Darío por perder contra mi

En la cocina, tomo una de las botellas de agua del refrigerador, regresando también con frituras de la alacena

Se las entrego a Ernesto, mientras Darío corre hacia el baño, apresurándose en jugar de nuevo

- ¡No empiecen sin mí!

Me dejo caer en el sillón de nuevo, suspirando

- ¿estás bien? – Ernesto pregunta, en voz baja

Sonrío un poco, notando como, a pesar de aparentar ser muy rudo, se preocupaba por mi

- sí, gracias

- ¿segura?

Sonrío, asintiendo levemente

El celular de Darío interrumpe el momento, en una llamada

- ¡Te marcan, wey! – Ernesto se encarga de avisarle

- ¡voy!

Esta misma va y viene unas tres veces, mientras Darío sigue en el baño

Intentamos ignorarlo, hasta que los mensajes comienzan

Uno tras otro, llamando nuestra atención

- ¡voy a contestar por ti! – digo finalmente, tomando el teléfono con diversión

El peor error que he cometido, probablemente

El nombre que aparece en pantalla, llama mi atención

- ¿Quién es? – Ernesto nota la forma en que me mantengo observando esos mensajes, acercándose

Hera: avísame cuando salgas de mi casa

Hera: estaba pensando que hoy podríamos ir a cenar a donde siempre, y después podemos ir a tu casa...

En completo silencio, me animo a abrir la conversación subiendo un poco

Hasta una persona con menos de diez por ciento de inteligencia habría entendido la situación con los apodos con los que se llamaban

Escucho los pasos de Darío acercándose, mientras nos observa con cuidado

- ¿Qué hacen? – su voz suena insegura

Levanto la mirada hacia él, y el entiende de inmediato

- ¿es neta? – pregunto, sin poder creerlo

Él se queda en silencio, haciéndome molestar mil veces más

- ¿Te estas cogiendo a mi hermana, wey?

Intenta decir algo, pero las palabras no le salen

- no mames – escucho a Ernesto murmurar

Todas esas ocasiones en las que Hera salía repentinamente de la habitación por alguna llamada. Las veces en las que se evitaba hablar de sus amigos con los que salía...todo se reproduce en mi mente una y otra vez, finalmente cobrando sentido

- no mames, wey – me tallo la cara con las manos, evitando armar un alboroto – es una niña, cabrón

- Atenea, yo no...

- vete de mi casa

Cuando lo veo sin moverse, me altero

- ¡Vete, Darío! ¡No mames!

Él toma sus cosas con rapidez, yendo hacia la puerta

Ernesto se mantiene junto a mí, aun sorprendido

Cuando el castaño sale de la casa, me dejo caer sobre el sillón, intentando procesarlo todo

Mierda 

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⏰ Última actualización: Feb 11 ⏰

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𝗥𝗲𝗽𝘂𝘁𝗮𝘁𝗶𝗼𝗻 | Control ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora