"Bobby"

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—Bien—sonrió Rosa y en ese momento me pareció la mujer más hermosa de todo el universo, y me sentí afortunada de que fuera mía—. ¿Cómo estás tú?

—Muy bien—sonreí—. Tuve una noche totalmente increíble con una mujer maravillosa que casi hace que me muera de placer y acabo de darme una ducha deliciosa—Rosa se sonrojó levemente y yo sonreí—. Además, recibí tu regalo, que es precioso—dije girándole el rostro y encontrándome con esos ojos tan lindos que tenía—. Muchas gracias.

 Rosa acercó sus labios a los míos por instinto y chocó con mi nariz. Yo sonreí, pero rápidamente guie sus labios para que pudiera besarme. Su mano acarició mi mejilla y escuché el golpe de su bastón al caer al piso mientras pasaba sus brazos por mi cuello. Yo la abracé por la cintura sintiendo la leve brisa de finales de junio rozar nuestros cuerpos. Estamos perdidas en nuestro propio mundo besándonos como una pareja totalmente enamorada, y lo éramos, vaya que lo éramos.

 Nos seguimos besando hasta que escuchamos los ladridos de Bobby y la voz de una persona que conocíamos muy bien.

—¿Algún día voy a dejar de presenciar sus escenas lésbicas? —Rosa sonrió contra mis labios escuchando a Jonuel que iba tomado de la mano con simón, los cuales tenían dos años de ser oficialmente pareja. Rosa y yo nos separamos y yo me giré para ver a nuestras dos mejores amigos.

—Que yo recuerde tú eras gay antes de salir de nuestro apartamento hace unos veinte minutos—le dijo simón y Rosa se abrazó a mí mientras acariciaba la cabeza de Bobby que le había levantado el bastón para entregárselo en la mano.

 —Yo siempre he sido gay—sonrió Jonuel—. Del único que puedo dudar en este grupo eres tú. Porque ya sabemos que "Gay 1" y "Gay 2" son más gay que tú y yo juntos—Yo hice una mueca y escuché a Rosa reír al escuchar a nuestro querido amigo. Simón era compañero de Rosa en el colegio para niños ciegos donde ella trabajaba. Rosa enseñaba literatura mientras Simón era maestro de música.

jonuel la había conocido dos años atrás cuando Rosa había empezado a trabajar en el colegio y Jonuel había ido conmigo para recogerla e ir a cenar con nosotras. Se habían visto porque Rosa había invitado a Simon, habían hablado y simplemente había surgido algo entre ellos. Un clic instantáneo, decía mi mejor amiga de la infancia y de toda la vida. Era como si simplemente hubieran conectado.

Jonuel había salido con muchos chicos a lo largo de su vida, había sufrido muchas decepciones y había estado cansado de todo eso. Yo la había consolado, la había ayudado y había estado para él, para ayudarlo a superar sus rupturas, así como él había estado a mi lado cuando me di cuenta de que lo que sentía por Rosa era más que una simple amistad. Yo no había tenido rupturas en mi vida.

 La única relación que había tenido había sido con Rosa. La había amado prácticamente toda mi vida y lo había sabido. Lo había sabido desde el momento en que pase horas y horas en clases para poder aprender a escribir y leer utilizando Braille. En mi pequeño mundo no había existido nada más que Rosa Rodríguez.

Había pasado horas y horas con ella. Me escapaba de mi casa a mitad de la noche para ver su ventana e imaginarme que ella salía a recibirme y correspondía mis sentimientos. Me había dado cuenta de que la amaba cuando ella tenía doce años y yo trece. Había entendido que aquello era amor y había sufrido tres años por ella.

El rechazo dolía muchísimo, pero era más difícil sentir un amor silencioso que va comiéndote poco a poco el alma. Hasta los dieciséis yo no había tenido el valor de hablar con ella. Hasta una noche especial. La noche de nuestro primer beso.

—Simón quería venir para ir con ustedes al hospital—dijo Jonuel sacándome de mis ensoñaciones.

 —Creo que estamos listas—dije viendo a mi esposa—. ¿Estas lista mi amor?

 —Dejé mi bolso dentro—yo asentí.—Ahora mismo voy por él, y traeré las llaves del coche y la correa de Bubby.

 Vi a mi esposa asentir y sonreí a mis amigos antes de correr dentro de la casa para sacar las cosas. Como siempre encontré las llaves del coche colgadas, y seguidamente empecé a buscar la correa de Bobby. Rosa siempre era un poco desordenada en cuanto a las cosas del cachorro. Había sido una discusión constante, pero había dejado de intentar cambiarla. Rosa era así, despistada y amorosa y no tan ordenada como yo. Era una bebé de veintidós años.

Seguí buscando unos diez minutos hasta finalmente la encontré dentro del bolso de Rosa. Un enorme suspiró salió de mi boca y empecé a negar con la cabeza con resignación, así era simplemente mi esposa. Me acerqué para tomar las llaves del coche y en ese momento escuché el teléfono. No era buen momento para responder, pero como aun teníamos tiempo para llegar a la cita decidí responder.

 —Diga...—dije al teléfono poniendo el bolso sobre la mesa. 

—Buenas días—dijo una mujer que no reconocí—. Soy Kate Rowling del Vascón Palmer Eye Institute. Me gustaría hablar con la señora Rosa Ramírez de Arellano Cardona...






























Eyes of Love - ( young miko y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora