Capítulo #3

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Me encuentro acostada en la cama, con los brazos cruzados detrás de la cabeza mirando el techo y pensando en todo lo que hablamos ayer Brandon, mi compañero de cautiverio por decirlo de alguna manera, y yo.

Luego de que me contara lo que había escuchado de uno de los hombres que lo capturó, nos dedicamos a idear suposiciones del por qué nos secuestraron, pero no llegamos a nada concluyente, puesto que no tenemos nada en común. Según lo que él me comentó lo atraparon saliendo de un club nocturno a horas de la madrugada. No logró visualizar nada hasta que cayó inconsciente. Al parecer usaron el mismo método que conmigo, omitiendo la trágica escena.

Es un chico de 21 años y por lo que me dijo no es un ángel de dios que digamos. Ha estado en la cárcel por posesión de drogas aunque nada alarmante, por lo que se me ha ocurrido una hipótesis que hasta ahora es la única que podría explicar el por qué, de que él y yo, dos personas completamente diferentes y sin ninguna similitud, estemos en el mismo lugar.

—Sabes Brandon, mi madre es detective, una de las mejores agentes, por lo que le a tocado encerrar a muchos, quizás una de esas personas es la causante de que estemos aquí, en un trabajo como ese se ganan enemigos —elevé la voz para que me escuchara con claridad.

—Buen razonamiento, puede ser, aunque donde entro yo en ese motivo de supuesta venganza —su voz ronca amortiguada por las paredes que nos encerraban hizo eco por toda la estancia.

—No quiero ofender, pero no sé, puede que tú en uno de tus negocios te relacionaras con las mismas personas, y ya sabes, te estén haciendo pagar por algo que hiciste —no es mi intención sacar a relucir sus andanzas, pero en esta situación es inevitable, tenemos que pensar en todas las posibilidades.

—No te preocupes, no ofendes, y respondiendo a tu suposición no creo que esté relacionado, ya hace varios años que estoy completamente limpio, no soy la blanca paloma, pero siempre me relacioné con gente de bajo perfil, nadie que fuera capaz de hacer esto, además no tengo cuentas pendientes con nadie.

En ese momento se escucharon sus pasos retumbando hasta detenerse frente a su puerta, o al menos eso es lo que percibí.

—Espera, ¿tu mamá es detective?.

—Si, muy buena por cierto, aunque no sé como podía sostener un arma y tener tan buena puntería con su habitual torpeza —no pude evitar una sonrisa nostálgica ante ese recuerdo, siempre me esperé la noticia de que accidentalmente se disparara ella misma.

—Entonces, eso significa que te están buscando ¿no?—la nota de esperanza le resaltaba en esa masculina voz.

—Sí, supongo que me esté buscando en donde quiera que se encuentre —todavía no estaba preparada para reconocer en voz alta lo sucedido, no tengo la fuerza suficiente para obligar a mis labios a que pronuncien esa frase.

Es verdad que mis padres ya no pueden hacer nada por mí, pero en el fondo tengo la esperanza de que ya hayan encontrado sus cuerpos y estén investigando mi desaparición, aunque esa vocecita que siempre tiene la razón, me grita a todo pulmón, «que ya no tengo salvación».

Luego de un rato conversando con Brandon nos dedicamos a detallar cada rincón de nuestras respectivas habitaciones con la esperanza de encontrar algo que nos ayudara a escapar de este lugar, o que al menos aclare en donde nos encontramos, pero después de un corto tiempo me di por vencida. La habitación estaba impecable, las paredes sin ninguna marca o escritura que indicaran ocupantes anteriores. No había ningún otro objeto ni nada fuera de lugar, y ni una sola rendija o agujero que mostrara lo que se encontraba fuera de estas paredes. La única forma de salir era mediante esa horrible puerta oxidada que no posee ninguna cerradura o manilla que indique como abrirla, por lo que he de suponer que para eso se necesita alguna especie de código o tarjeta, por lo que aunque conociera como forzar una cerradura sería inútil.

Al seguir detallando esa estructura oxidada mi vista cayó en esa bandeja por la que me hacían llegar los alimentos, así que me paré de la cama y me dirigí hacía ahí.

Al llegar me puse en cuclillas para estar a la altura de la delgada rendija que sostenía la bandeja, la agarré y la deslicé en mi dirección, y para mi sorpresa no la habían asegurado para evitar que sucediera esto, así que mis ojos detallaron lo poco que se alcanzaba a observar. Las losas del piso que adornaban el estrecho pasillo eran exactamente igual que el de la habitación, losas negras y las paredes de un blanco impoluto. Al acercarme más a la estrecha abertura y forzar la vista para lograr ver los laterales, puede captar que efectivamente, como me dijo Brandon, había más puertas igual que la mía, aunque en mi rango de visión solo logré visualizar una a ambos lados. Al centrar la mirada me encontré con la ranura de la puerta del frente y me acordé de mi compañero.

—Eee, Brandon —susurré por lo bajo, ya que por la abertura la voz salía con más claridad, y nos podrían escuchar.

—Dime, encontraste algo en tu habitación —su voz se escuchaba lejana como si estuviera en el baño que es el sitio más apartado.

—Acércate a la puerta y trata de deslizar la bandeja hacia ti.

Me percaté de sus pasos retumbando hasta llegar al frente de su puerta y luego de unos segundos, en un movimiento brusco la bandeja se deslizó hacia el interior, dejándome ver una pequeña parte de su camisa blanca para luego detallar unos ojos color verde esmeralda con un brillo precioso.

—Buen descubrimiento, quizás si nos picamos en trocitos logramos escapar por aquí —dijo con un tono de burla.

—No seas tan negativo, al menos esto es un avance.

—Un avance que solo me deja ver tus ojos, por cierto, muy bonitos.

—Céntrate y deja la burla para después, mira a ver si consigues ver la cerradura de mi puerta, yo no logro ver nada.

Por el movimiento que capté supuse que estaba acostándose en el piso boca abajo para tener un mejor campo visual de la parte superior de la puerta.

—Tiene un pequeño panel con botones a un costado, y ya, nada más.

—Perfecto —murmuré con cierto tono de sarcasmo —esta mierda se abre con un código.

—No seas negativa, al menos es un avance —dijo burlándose al repetir mi misma frase.

—Te siento más alegre, con ganas de burlarte de la situación o son ideas mías.

—Como dice la frase "simplemente río para no llorar", al menos hay que ver el lado favorable a esto, tenemos una buena cama, agua caliente y comida bastante apetecible, por no mencionar que has tenido el privilegio de conocerme —respondió de forma divertida, reflejándose en sus preciosos ojos verdes la sonrisa que seguro tenía dibujada en su rostro.

—Jaa, definitivamente el encierro te tiene delirando, según tú he pasado de estar secuestrada por sabrá dios quién y para que fin, a estar en un hotel con estancia gratis y con el increíble bono de tener tu exclusiva y magnífica compañía, o mejor dicho, tu excitante voz retumbando por toda la estancia a toda hora.

—Si lo dices de esa forma, si suena un poco exagerado, pero lo que no puedo pasar por alto es que acabas de decir que mi voz te excita, como eres capaz de ser tan pervertida encontrándote en esta desfavorable situación y utilizarme como objeto de tus perversiones, me sorprendes gatita, me sorprendes y me asustas —dijo dramatizando exageradamente con un tono de diversión, lo que hizo que estallara en una carcajada.

—En serio, gatita, se te ocurren cadas cosas...

A lo lejos se escucharon pasos retumbando por el pasillo, lo cual se hacía raro, puesto que ya nos habían traído la cena, así que esa presencia se salía completamente de la rutina a la cual ya estaba acostumbrada.

Los pasos cada vez se acercaban más a nuestra posición, así que Brandon me dirigió una mirada que me indicaba lo que teníamos que hacer. Acto seguido deslizamos la bandeja hacia delante al unísono, una vez cerrada la pequeña abertura me encaminé hacia la cama sentándome en esta de frente a la puerta.

Después de unos infinitos segundos los pasos se detuvieron justo al otro lado, para luego presenciar como la enorme puerta se abría lentamente entre chirridos, acelerándome el corazón a mil, al ver aparecer esa siniestra figura vestida completamente de negro.

OJOS DEL DESTINO Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz