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Había tocado una película de terror, Japón quería mantenerse neutral, Italia le querían dar 500.000 paros cardiácos a la vez, y Reich quería permanecer con su semblante valiente e intrepido, pero al fondo odiaba y temía a las películas de terror.

-Qué tal si vemos... ¡El Hombre! -Dijo el japonés.

-El... ¿Hombre? Suena muy Japón, Japón. -Dijo Reich.

-Les prometo que no es nada romántico!

-Bien... -Exclamó el italiano, colocando la película, en el cuál el narrador comenzó a hablar;

-El Hombre, una película basada en hechos reales. -Al decir esto, todos sintieron un repentino escalofrío por la espalda, la película había comenzado.

-Un hombre alto y fuerte, que merodea por las calles a altas horas de la noche. Cualquier jóven fiestero menor de 21 años, él los perseguía hasta atraparlos. Y, al hacerlo, se encargaba personalmente de darles una lección, de por qué no deberían andar solos a esas horas y más siendo tan jóvenes.

Los atrapaba y los llevaba al bosque más cercano, y los azotaba con su viejo cinturón de cuero hasta hacerles sangrar la espalda, para después exprimir limónes y echar vinagre en sus abriertas heridas. Después tomaba un cuchillo, y empezaba a cortar su piel, con cuidado de no tocar órganos vitales para alargar más el proceso.

Después con un hacha les cortaba los brazos y piernas, para luego decirles con voz ronca; "No llores, no llores. No grites, o despertarás a mis amiguitos bajo el suelo~", Decía refiriendose a todas las demás víctimas enterradas bajo tierra, para después continuar; "¿Te duele mucho? O vamos, regálame un abrazo~" Decía bromeando, pues ya les había despojado de ellos.

Después no solo se conformaba con quitarles la camisa, si no que también los pantalónes. Al arrebatarselos, hacía un corte con su cuchillo, que se extendía desde el pecho hasta los genitales de la víctima. Al terminar, los violaba embistiendo una y otra vez, sin detenerse. Todo esto mientras las entrañas de la víctima salían de su cuerpo.

-Después, tomaba una cuchara, y sabaca los ojos de las víctimas. Uno lo guardaba, pues le parecían hermosos, especialmente los ojos verdes. -Al decír esto, Reich tragó con dificultad, pues él poseía unos hermosos ojos verdes como esmeraldas.

-El otro ojo se lo comía, degustaba la sangre y el líquido del ojo como si de un exquisito manjar se tratara. Luego lanzaba a su víctima a un hueco en el suelo previamente cavado, para luego empezar a rellenar el hueco con tierra, incluso si la víctima seguía con vida.

-Y recuerden mis querídos jóvenes, "Nunca anden solos por la noche". -Decía para después mostrar una sangrienta imagen en pantalla.

-V-v-vaya! Q-qué película más rara! ¿No chicos? Jejeje... -Reía Reich nervioso intentando aparentar valentía.

-Seh, no estuvo tan terrorifica como pensaba. -Dijo el japonés.

-¿¡Terrorífica!? ¿¡TERRORIFICA!? Fué lo peor que he visto en mi vida! No podré dormir bien por dos meses! -Exclamó el italiano.

Bueno, al menos solo es una película, no hay nada de qué preocuparse. Nada de esto debería pasar y nunca pasará en la vida real. ¿Verdad que sí mis jóvenes?

¡𝑺𝒂𝒚 "¡𝑯𝒆𝒚!" 𝑰𝒇 𝒀𝒐𝒖'𝒓𝒆 𝑮𝒂𝒚!Où les histoires vivent. Découvrez maintenant