MIDNIGHT, hermione granger.

24

—MIDNIGHT.
24. "Mesa Gryffindor."

la hora del almuerzo llegó y ahora Venus estaba sentada junto a su amigo oyendo como él se victimizaba sobre lo sucedido con el hipogrifo
hoy más temprano, en rubio le decía a Pansy —quien estaba más insoportable por Malfoy que de costumbre en opinión de Avery— que él estuvo muy cerca de perder el brazo si no fuera por Madam Pomfrey. Venus tan solo lo juzgaba en silencio mientras lo miraba de reojo apoyada contra la mesa, aburrida de la situación.

Después de que se llevaran a Draco a la enfermería, ella junto con sus amigas se dispusieron a ir justo detrás de ellos y no perderse ni un segundo para ver por el bienestar de su amigo. Él, por fortuna, estaba bien, no era nada que Poppy no pudiera curar con un chasquido de dedos. Pero su amigo pronto alejó su alegría por rechazo cuando notó que él empezaba a presumir sobre haber sido atacado y sobrevivido a ello, cuando él muchacho empezó a decir que Hagrid sería echado y el Hipogrifo asesinado ella quiso estrellarle la cabeza contra la mesa. Lamentablemente no podía.

—Y aún me duele, por supuesto—oyó como él decía, un grupo de Slytherins rodeandoló mientras oían su anécdota.

Con un suspiro ella volteó su cabeza para mirar por encima de su hombro, viendo al trío Gryffindor hablar entre ellos y pensó que sería más interesante estar con ellos que con su amigo exagerando y taladrandole la cabeza. Así que, plantando una sonrisa juguetona en su rostro, se levantó y se sentó sin ninguna vergüenza junto al niño que vivió. Los tres de inmediato cerraron sus bocas y se quedaron observándola, esperando que dijera algo.

—¿Qué? Sigan, sigan, hagan como que yo no estoy aquí—respondió mientras tomaba una manzana que estaba en la mesa, aparentando como si esto fuera algo que sucedía todos los días. Aunque los niños no lo hicieron.

—Eh...—Harry guardó silencio a su lado mientras le observaba, dubitativo de qué decir o cómo reaccionar—. ¿Cómo estás?

—¡Harry!—se quejó Ron una vez más, siendo ignorado por los tres presentes.

—Hola, Avery—le saludó la Gryffindor frente a ella, una pequeña y tímida sonrisa en su rostro mientras se erguia en su asiento.

—Potter—asintió en su dirección en forma de saludo, ahora mirando en dirección de su rival académica con sus comisuras brevemente en lo alto al saludarla también—, Granger, hola.

Un silencio no tan cómodo se posó en la mesa mientras los Gryffindors se debatían qué decir, los tres mirándose entre ellos en una discusión silenciosa que solo ellos lograban comprender. Venus, algo incómoda, los observaba mientras mordía su manzana.

—Saben, es de mala educación contarse secretos entre ustedes y excluir a la gente de ello—mencionó Venus como si aquello no fuera de conocimiento básico, moviendo su manzana como si se lo explicara a niños pequeños.