𝐄𝐍𝐂𝐇𝐀𝐍𝐓𝐄𝐃 || "This night is sparkling, don't you let it go"
Donde Nala empieza a tener sentimientos y experiencias que jamás creyó vivir, o donde Min Ho batallaba, interna y silenciosamente, para acercarse a la chica que lo traía de cabeza...
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"𝐓𝐚𝐤𝐞 𝐦𝐞 𝐛𝐚𝐜𝐤 𝐭𝐨 𝐭𝐡𝐞 𝐧𝐢𝐠𝐡𝐭 𝐰𝐞 𝐦𝐞𝐭"
Era la quinta o quizás la sexta vez que pasaba por la misma repisa, sin éxito alguno. Sus ojos inspeccionaron atentamente cada uno de los calzados que habían en exhibición, sin embargo, aún no podía encontrar aquellos tacones que le quitaban la respiración.
La nueva colección había llegado hace apenas dos horas y había logrado persuadir a su chofer para que la llevara hasta ahí a escondidas. No necesitaba otro sermón sobre cómo debería buscar pareja en lugar de ir a cazar zapatos.
Aunque ahora tenía una gran justificación. La fiesta de bienvenida era esa misma noche, y lo tenía casi todo. Pero Nala no podía permitirse quedarse con un "casi".
Un ligero toque en sus hombros junto a una voz masculina la hizo sobresaltar. Girando rápidamente a su costado.
-Lo siento, señorita- se disculpo su chofer, un hombre mayor con el cabello platinado, ojos rasgados y un elegante traje -creo que será mejor irnos, sabe que estará en problemas si la encuentran fuera de casa- hablo pacíficamente
Nala no pudo evitar suspirar, necesitaba y anhelaba tener esos tacones. Eran el complemente perfecto para que su outfit de esa noche sea perfecto en su totalidad. Sin embargo, sabía que era probable que le quitaran el permiso si la descubrían.
Asintió suavemente antes de tomar su bolso, aunque este se le escapó de las manos cuando escuchó la campanilla principal de la tienda. Abriendo los ojos con sorpresa al ver a su linda, pero a veces controladora, abuela.
-¿Qué haces aquí?- preguntó sin dejar de lado su asombro, temiendo lo peor
-¿Dónde más estarías si no es aquí?- preguntó su abuela con un tono sarcástico mientras se acercaba -Ya parece que vives en esta calle, te la pasas saltando de tienda en tienda- se burló
-Hoy si era sumamente necesario, tengo que conseguir esos zapatos para la fiesta de bienvenida- hablo rápidamente
-¿Así como la vez que te escapaste del hotel en New York porque creíste haber visto a Adam Sandler?- preguntó su abuela enarcando una ceja
-En mi defensa ese hombre se vestía exactamente como él- trato de no reír
-Miles de personas se visten como vagabundos y tú los vas a confundir a todos- exclamo su abuela riendo
-No es ropa de vagabundo, es la moda impuesta por él- se cruzó de brazos -comodidad ante todo-
-Con razón te vistes así en casa- negó su abuela -en conclusión estoy aquí por la bienvenida- respondió su abuela señalándose a sí misma -sabíamos que estaría aquí, ¿no quieres un poco de compañía?- preguntó
-Me vendría perfecto, abu Mei- dijo Nala llamándola por aquel apodo que tanto adoraba decir cuando era niña
-Entonces vamos, no tenemos ni un minuto que perder- sonrío la mayor, tomando la mano de su nieta yendo directamente a la caja
