𝐄𝐍𝐂𝐇𝐀𝐍𝐓𝐄𝐃 || "This night is sparkling, don't you let it go"
Donde Nala empieza a tener sentimientos y experiencias que jamás creyó vivir, o donde Min Ho batallaba, interna y silenciosamente, para acercarse a la chica que lo traía de cabeza...
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"Fallin' All In You"
Nala abrió los ojos con sorpresa al sentir como alguien tomaba su brazo. Y deseo internamente que fuera quien ella creía.
-Nala, por favor. Tienes que escucharme- pidió Kitty rogando
-No creo que sea prudente hablar ahora. Necesito asimilar un poco esto- negó la pelinegra
-Es que...quiero explicarme, por favor- volvió a pedir
Nala la observó fijamente, deteniéndose a pensar.
¿Cómo no se había dado cuenta antes?
Kitty no actuaba de manera especial o extraña con ella, simplemente se trataban como amigas.
¿Cuando fue que las cosas cambiaron?
Lo que le dolía era el no poder aceptar. Si bien estaba consciente de que Kitty era una gran chica, además de atractiva y muchas cualidades más. Ella sabía que no podría aceptarlo. Se sentía muy halagada e incluso le daba algo de pena admitirlo, pero se sentía feliz.
Vamos, Kitty era una maravillosa personas, y ella, además de Q, pudieron descubrirlo en ese tiempo.
Sería una tonta si no estuviera feliz.
Pero también estaba Dae. Ella tenía muy en claro sus sentimientos hacia Min Ho, no había nadie más qhe él para ella. Pero Kitty estaba confundida, y al estar confundida, solo causaría conflicto entre los demás.
-¿Te gusta Yuri?- preguntó sin evitarlo, era una pequeña duda que le carcomía por dentro desde que los oyó
-No...no lo sé- aclaró temblando ante la mirada de la asiática -es muy confuso, por eso te pedí ese consejo. No tenía idea de que siento. No tengo idea de que siento- suspiró -amo a Dae, puedo sentirlo. Pero tampoco sé qué me pasa ahora-
Nala subió un par de escalones para estar a su altura.
-Tranquila, sé por lo que estás pasando. Y lo que menos necesitas ahora es seguir enredando tu cabeza. Tomate tu tiempo y asimila todo lo que has pasado hasta ahora. Al final sabrás que es lo que tu corazón te dice, pero debes aprender a escucharlo- susurró Nala acariciando la cabellera de la chica
Kitty suspiró viendo cómo la pelinegra le daba una última sonrisa, antes de retomar su camino. Si bien ahora sabía que Nala no estaba enojada, ni nada por el estilo. Aún no podía creer cómo podía tomárselo con tanta calma, y sobretodo, ayudarla aún cuando esta sabía que tenía sentimientos por ella.
