Valentia

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—¿Quiere decir que se hizo cargo de este hotel solo para pasar tiempo conmigo?

¿Era eso real? Su voz estaba llena de incredulidad y conmoción incluso mientras preguntaba. Tal vez lo escuchó mal o tal vez malinterpretó sus intenciones. Era completamente increíble pensar que haría algo tan loco solo para verla.

—Sí.

—Disculpe, pero ¿se ha vuelto loco?

Lexus rió por lo bajo, agitando la mano como si la pregunta fuera graciosa.

—Por supuesto que no.

¿Así que estaba haciendo esto mientras estaba perfectamente cuerdo?

—Pero si no hiciera esto, entonces no me hablarías. Ahora tienes que responderme ya que soy el director y ahora un cliente.

¿En serio? ¿Todo esto? ¿Solo por eso?

—Valió completamente la pena.

Lexus sonrió.

—Y no me costó tanto como pensaba.

—¿Perdón?

—Aunque está roto, el lugar todavía está bien construido, así que solo fue cuestión de recoger los pedazos.

Eso probablemente se debió a que la administración del hotel estaba en completo caos después de pagar la multa, las continuas cancelaciones y la ausencia de los huéspedes habituales.

Pero aun así, a pesar de esos problemas, no puede haber sido una compra barata. Pero su actitud era tan frívola e informal, como si hubiera conseguido un buen trato con un ramo de flores como regalo.

—Vamos a almorzar. El chef aquí es bastante bueno. Pagué un centavo para que viniera hasta aquí.

—¿Por qué almorzaría con usted?

—Bueno, eso es porque soy el director de una de sus clientelas.

Ella no esperaba esa respuesta. La división entre las relaciones personales y profesionales era muy marcada, pero la cruzó con facilidad. Hacía tan difícil tratar con él.

—¿Habla en serio ahora?

—¿Por qué no lo haría?

—No creo que se hagas cargo del hotel solo para tener una excusa para hablar conmigo sea una razón para que yo participe en una comida contigo.

—¿Por qué es eso?

—¿Por qué? Bueno, por supuesto...

—¿Es tan extraño tener una comida con un cliente? Cuando envié ese mensaje sobre iniciar un acuerdo comercial, estaba hablando en serio.

—¿Qué?

—Desde que tomé el control de este hotel, tomar las medidas necesarias para garantizar un flujo de negocios es el curso de acción obvio. La inauguración oficial no será por un tiempo ya que la remodelación llevará tiempo, pero necesitaremos comenzar un contrato por adelantado.

Y para la Cima de Comercio Richsi, otro cliente nunca fue algo malo. Especialmente un negocio como un hotel, que requería una cantidad regular de bienes, lo que luego resultó en ingresos estables para el gremio.

Lo que significaba que relaciones comerciales como estas eran muy importantes de mantener y preservar, y era justo entretener al jefe de un perfil de cliente tan importante.

La expresión de Valentia se volvió fría. Se estaba dando cuenta de que tenía la culpa de dejarse influir por su actitud. Ella era la que luchaba por mantener la línea entre el profesionalismo y los negocios personales. Ella asintió y enderezó los hombros.