IN EXTREMA RES

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Los muros del Palacio estaban cayendo, ya no podían aguantar más frente a los disparos de las naves y máquinas de más de diez metros que se encontraban afuera. Las fuerzas extranjeras se habían apoderado de todos los dominios iacacos y con su nueva tecnología, sus máquinas poderosas y las fórmulas secretas que le robaron al Imperio serían indestructibles. Quién diría que el gran titán iacaco llegaría hasta esa situación compleja. No había palabras para describir la impotencia, frustración y aflicción del Rey, que aun teniendo consigo el poder de la sustancia del Arroz con Aire, con la que en cantidad controlaba a todos los animales que sus antepasados habían vuelto inteligentes, las bestias que crearon en laboratorios, los gigantes caídos del cielo, los diversos tipos de robots, los avatares, los poderes sobrenaturales que le proveía a su ejército de hombres mutantes y en resumen con todo lo que lo hizo ser alguna vez el dueño de todo el planeta, no pudo contra las increíbles invenciones del enemigo.

Parecía ser el fin, pues todo su Palacio estaba abandonado y solo quedaba alguno que otro integrante de la Familia Real y los más fieles sirvientes, tanto personas, animales y robots. Cierto era que se desesperaba caminando de un lado a otro en los Aposentos Reales luego de ver por el Balcón Real como los enemigos casi derribaban las murallas con sus poderosas armas y la ayuda de los alienígenas, pero también era cierto que recordaba al Dios del Arroz con Aire, el Dios que le otorgó a sus antepasados y a él ese producto y sus correctas fórmulas para gobernar el mundo que creó, por lo tanto le oró, también para que le recordara quien era y qué hacer ante la situación existente:

10 de octubre del 2105
Palacio Real Iacaco, Washington, Estados Unidos, capital del Imperio Iacaco:

Luis: (Desesperado y mirando hacia arriba con esperanza) Dios, señor y padre mío... Escúchame y acude en mi ayuda por favor... ¿No fui tu sombra? ¿Tu representante aquí en el Planeta Tierra? ¿Por qué no me permitiste serlo también en Kepler?... Yo soy, Su Majestad Imperial el Rey Luis Estefano Iaca V, decimosexto Rey de la Dinastía Iacaca... Solía ser el gobernante de los cinco continentes del planeta, el líder supremo, representante y dueño del Arroz con Aire con el que mis ancestros lograron doblegar hasta los mismos extraterrestres y poner incluso a las hormigas a su servicio... Nadie en excepción tuya estaba por encima de mí... ¿Cómo permitiste que de la nada todo se haya ido a la ruina? _(Muy enojado y alzando la voz) ¿¡Acaso así termina todo?! ¿¡Para qué iniciaste esto si lo ibas a terminar de esta manera tan trágica?!... ¡¡¡Respóndeme!!! ¡¡¡Vamos!!! ¡¡Dime!! ¿¡¿¡Cómo saldré de esto?!?! ¿¡¿¡Tienes algo en mente?!?!

Tal parecía que había desafiado a su gran Dios, ya que comenzaron a caer relámpagos sobre el Palacio. Se asustó como era de esperarse, pero en ese momento recibió la visita de la persona más poderosa de esa familia, la Reina Qoya Akemi. Ya no quedaban personas en todo el lugar como para hacer reverencia, solo los mismos familiares de menor rango, sin embargo, la vieja Reina marchaba con finura y elegancia como si estuviese en sus antiguos momentos de gloria y poder. Pasó por el escáner de los robots y atravesó las enormes puertas de los Aposentos del Rey siendo anunciada por ellos para que uno de los pocos guardametas que quedaba, Noah Yana quien era un loro parlante y estaba junto a Su Majestad, hiciera reverencia en cuanto ingresara:

Robot Rick: (Alzando la voz) ¡¡¡Atención!!! ¡¡¡Su Excelencia la Reina Qoya Akemi!!! ¡¡¡Hija de Iaca y Qoya gobernante!!!
Noah: (Reverenciándose con respeto) ...

Luis y Akemi cruzaron miradas de "Te lo dije" y seguido el primero en hablar fue él:

Aposentos Reales:
Luis: (Enojado) ¿¡Qué te parece tía Akemi?!... Akemi: (Manteniendo serenidad y postura) ...
Luis: (Enojado y respirando agitadamente) ¡Me dijiste que le entregara Inglaterra a Eduardo IX y se unió a Alemania! ¡Que me aleara con Jerémie VI! ¡Y! ¿¡Qué hizo él?! ¡¡Tomó de rehén a mi hijo!! ¡¡A mi heredero el Príncipe Orión y terminó asesinándolo!!... ¡¡Solo tenía once años!!... ¡¡Me pediste que fuera amigo de Alemania!! ¡¡¡Y ahora tienen las fórmulas del Arroz con Aire!!!... ¡¡¡He hecho todo lo que me dijiste!!! Y, ¿¡Qué conseguí?! ¡¡¡Mira afuera!!!... Akemi: (Hablando con autoridad) ¡¡No es culpa mía que tu padre haya cometido tantos errores y haya perdido una a una todas las colonias iacacas!! ¡¡No estaríamos en esta situación de no haber sido por él!! ¡¡No hubieras tenido que confesarle a Walter Wolf todos los secretos de esta familia para evitar que te declarara la guerra!!
Luis: (Enojado y alzando la voz) ¡¡¡Siempre culpaste a mi padre de todo!!! ¡¡Incluyendo la muerte de mi tío!! ¡¡¡Y ahora me quieres culpar a mí!!!
Akemi: (Hablando con autoridad, pero también con dolor) ¡¡Tu difunto padre, mi hermano, asesinó a mi otro hermano para asegurarse que su ascensión al trono fuera pacífica y sin inconvenientes!! ¡¡Eso es un hecho!! ¡¡Y tú hiciste algo peor!! ¡¡Lo sabes!! ¡¡Quizás esto no estuviera pasando si no hubieras hecho eso!!
Luis: (Enojado y gritando) ¡¡¡No me culpes más de lo que está sucediendo!!! ¡¡Yo hice lo que tuve que hacer para mantener el orden cósmico y darle una sana continuidad al Imperio!! ¡¡¡Saldré y detendré de una vez esto!!! ¡Como siempre este estado se levantará de las cenizas!
Akemi: (Interrumpiendo). Luis... Podemos huir por los cielos en el Amaru Real que aún nos queda...
Luis: (Enojado y gritando) ¡No Reina! ¡¡¡Aplastaré a todos esos gusanos!!! ¡¡No huiré como un cobarde!! ¡¡¡Recuperaré mis tierras!!!
Akemi: (Interrumpiendo) ¡Luis!...
Luis: (Enojado y gritando) ¡¡¡Y convertiré a todos a los infieles del Arroz con Aire en pulgas!!! Akemi: (Interrumpiendo) ¡¡¡Luis!!!

Imperio del Arroz Con AireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora