Capítulo 2. Primer cumpleaños

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1922
_Flash forwards, 1958_

Estefano: (Pensando mentalmente) No puedo respirar... El olor de la sangre está cubriendo todo el oxígeno que podría recibir del aire, y tantos cadáveres a mi lado, lo que ya es costumbre, me están dejando un nudo en la garganta que no me permitiría comer ni el mágico arroz de Dios en semanas... El sudor me está nublando la vista. Mejor me quito el casco... _ (Sorprendido) Que en paz descansen los que ya no volverán a ver a su familia... Tengo miedo, pero no de morir... Los hombres a veces temen por su vida, más los más fuertes no temen ni por la misma, pero los que son aún más fuertes temen no seguir teniendo vida para ver una vez más a sus seres más amados, después de tanto aplicar la ley del más fuerte que protege al más débil... Como esa ley, yo soy el protector y gran jefe de mi familia... ¿Qué harán sin mí?... Yo no me voy a dejar matar, y menos por personas que no tienen la moral ni la fortaleza del carácter para dejarme dominar... ¿Quién se podría llevar el mérito en este mundo de haber acabado con mi vida tan fácil? Cuando difícilmente ni en otro mundo podría hacer lo que yo he hecho y conseguido con mi ingenio a lo largo de mi existencia... Siempre he sido águila, y aunque muchos cuervos maltrataran mi cuerpo apenas me voy a sacudir... Siento el Arroz con Aire corriendo por mis venas, ardiendo como caliente agua, el agua de un mar de lava muy enojado...

Un soldado llegó hasta Estefano y le cortó la parte derecha del abdomen con su espada, pero en un segundo intento contraatacó, le arrebató el arma al hombre, lo lanzó al suelo y con su escudo le aplastó la cabeza:

Estefano: (Adolorido) ¡¡¡¡Ay!!!!... _ (Sin aliento, sin fuerzas y pensando mentalmente) Mi padre y mis hermanos lucharon por el mismo ideal, pero las cosas que se debían cambiar y mover de su sitio eran muy pesadas para ellos... Yo sí tuve la herramienta para hacerlo... Repito, el Arroz con Aire está rugiendo dentro de mí... No tengo miedo, mi armadura no me pesa en absoluto, las heridas solo adornan mi cuerpo porque no logran debilitarme, los soldados que arremeten contra mí lo hacen en grupo como si yo fuera una bestia gigante, pues guardan miedo en su corazón y le rezan a su Dios para lograr matarme, y en cambio, yo tengo a Dios delante de mí para aniquilar a todo infiel que desee enfrentarme... ¿Quién ha sobrevivido a un enfrentamiento conmigo?... Aún siento lo mismo que sentía desde que nací... Escucho el latido agitado de cada guerrero, la carne siendo cortada con el filo de las espadas, los órganos abriéndose con el impacto de las balas, los pies pisando el barro, el relinchar de los caballos, las flechas desprendiéndose del arco, y... Siento que el corazón de ella, no dejará de latir hasta que yo muera... Puedo escuchar incluso sus oraciones... Me pide, que vuelva a casa con ella, que volvamos a dormir juntos una vez más, que debo regresar para seguir encaminando a nuestros hijos... Yo te puedo sentir, mi Jimena...

Flash forwards, 1922:

Estefano se convirtió en un niño prematuro, pues empezó a hablar a los 5 meses, caminaba desde los 8 y dejó de ser amamantado a los 3. Sus sentidos se volvían cada vez más agudos y con cada día que tenía se volvía más inteligente, curioso y para ello su agilidad le hacía justicia. Se acercaba su cumpleaños 1 y sus padres decidieron celebrarlo a lo grande, ya que ese era ni nada más ni nada menos que el niño que había hecho a su madre gritar de dolores y luego logró nacer gracias a una misteriosa planta. La familia Guillén era de media clase, tenían una pequeña hacienda y luego del loco nacimiento de su bebé, las visitas de los demás hacendados eran constantes, por lo que con esas crecientes amistades quedaron invitados para la fiesta más de cien personas.

Era el 29 de abril del 1922 y ya la fiesta estaba preparada, los invitados estaban en la sala principal de la casa y mientras, Estefano estaba en la cocina siendo atendido por sus niñeras. Se encontraba sentado en el mueble de alacena con sus juguetes, justo donde se preparaban los alimentos, y agarraba a la vez con su dedo, el ganache de uno de los pasteles que tenía a su lado sin que las mujeres que lo cuidaban se percataran. Lo curioso era que el bebé se sentía familiarizado como cuando estaba en los brazos de su mamá, al verse a sí mismo en la altura y a sus juguetes quedándose allá abajo en el suelo. Parecía que cada carrito, avión, muñeco de peluche, animales, trenes y soldaditos le estaban haciendo reverencia. Se quedó mirando por buen rato a cada uno hasta que llegó su madre Elia de 20 años con sus hermanos Paolo de 11, Joel de 3 y Erick de 2:

Imperio del Arroz Con AireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora