Recuerdos

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Desde que Taehyung decidió mudarse, se había empeñado en ser una nueva persona, una persona con una barrera ante el amor, porque si bien era un adolescente inmaduro cuando se enamoró de aquel chico de cabellos negros, no quería imaginarse la manera en la que dolería ahora qué es un adulto.

El estaba consciente de lo patético que había sido al dejar esa ridícula carta a Jungkook, estaba triste y decepcionado, nunca creyó que el amor doliera tanto.

Debió imaginarse que alguien como Jeon jamás se fijaría en él, tan solo era un chico sin gracias y sin experiencia alguna.

Ahora todo era diferente, no tenía que esforzarse para que alguien se fijara en el ni muchos menos rogar por atención, tenía muchos ojos encima, era cotizado por su belleza y carisma, Kim Taehyung ahora era deseado por muchos, todos tenían puestos sus ojos en Kim Taehyung.

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El ruido de la sala hizo que Taehyung despertara de su agradable sueño, pocas veces podía dormir debido a sus sesiones fotográficas, que últimamente estaban fuera de horarios laborales y ahora su más largo descanso había sido interrumpido.

Mientras Taehyung lamentaba la interrupción de su sueño, fuera de su habitación se encontraba un chico de cabellos rojos, tratando de cobrar la conciencia debido al fuerte golpe que se llevó al caer del sofá en el que se encontraba.

─Te lo mereces por borracho.─ Atacó el castaño, quién se encontraba enrollado en una toalla de baño, apoyado en el marco de la puerta.

─No seas tan duro, Kim. Ven y cuéntame qué fue lo que te dijo Seokjin, ¿ya te echó o le tuviste que hacer un oral?─ Soltó el pelirrojo con burla.

Taehyung solo se limitó a ignorar lo dicho por su alcohólico amigo, no le agradaba la idea de acostarse con gente de poder para llegar a un puesto como el que el poseía. Todo lo que Taehyung tenía, lo había logrado a base de esfuerzo, no necesitaba de un pito en su boca para obtener trabajo o ser reconocido.

─¿Te enojaste?─ Al ver que fue ignorado, decidió preguntar para cortar la tención que se había formado o mejor dicho, que el había formado.

─Min, deberías de pensar antes de hablar.─ Respondió un cansado Taehyung, no solo lo había despertado, si no también lo había ofendido con sus absurdos comentarios.

─No fue mi intención, bebé, sabes que a veces puedo llegar a ser un poco bocón, lo siento.─ Dijo con arrepentimiento.

─Un bocón y un Sapo hijo de puta.─ Musitó Taehyung, para no ser oído.

─Si te escuché, mal nacido.─ Gruñó Yoongi

─Esa era la intención.─ soltó Kim antes de correr y encerrarse en su habitación.

Eran exactamente las dos de la tarde cuando llegó a la junta que se había hecho de emergencia, pocas veces eran llamados en días de descanso seguramente era algo importante, estaba decidido a faltar a dicha reunión, pero su lado chismoso le pedía asistir, así que ahí estaba, sentado en la gran mesa de cristal, con una revista en mano para pasar el rato.

Todos se mantenían con un semblante serio, el ambiente era cómodo, nadie había dicho ni una sola palabra desde que Taehyung dió el primer paso dentro de la sala de juntas.

Los compañeros de Kim eran amables, todos mantenían una estrecha cercanía con el castaño, a el le gusta la sensación de un ambiente laboral relajado, no estaba interesado en tener una rivalidad o competencia con alguno de sus compañeros, nadie estaba a su nivel.

Sumergido en sus propios pensamientos, Kim no notó la presencia del director y el presidente de la compañía, recibiendo una llamada de atención por uno de sus mayores.

─¿A caso no somos dignos de un saludo del exitoso Kim Taehyung?─ Reprochó uno de los antes mencionados.

─Estaría dentro de mis cinco sentidos, si no hubieran interrumpido mi único día de descanso.─ Contraatacó Taehyung, a quién no le gustaba quedarse callado.

Quién lo diría.

Kim Taehyung, al chico que hace algunos años le faltaba decisión y seguridad, ahora se encontraba siendo observado por todos, gracias a su mal educado comportamiento hacía su mayor.

─Lamento mi falta de juicio ante mi comentario, señor, solo que en verdad estoy cansado, ha sido una semana un poco difícil.─ Trató de justificarse, sabía que lo que dijo no había sido del todo correcto.

─Para todos, Kim.─ Respondió el presidente, quien se encontraba observando todo sin decir nada.

Kim solo se limitó a sentarse y poner toda su atención a lo que se diría a continuación.

─Se acerca una fecha importante y necesito que todos se comprometan con su trabajo. Se que están cansados y lo entiendo, pero ustedes sabían en lo que se involucraban al trabajar para esta empresa.
Somos conocidos por nuestra larga trayectoria, organización y trabajo duro es lo que se necesitó para mantener esta empresa a flote, si queremos continuar con dicha reputación, es necesario que se esfuercen y den todo de sí. La recompensa será mucha.─ Motivó el presidente Choi, quién por alguna extraña razón, siempre que tenía a Kim Taehyung cerca o compartían el mismo ambiente, no podía dejar de verlo.

─Que palabras tan motivadoras, Señor Choi, de verdad quedé conmovida.─ Exageró una chica de baja estatura, quién se encontraba cerca de Taehyung.

─Deja la exageración, Nayeon, no hace falta quedar bien todos sabemos que a ti te dan igual las órdenes de Choi.─ Susurró Kim cerca del oído de Nayeon, para evitar ser oídos por los demás.

─Tienes razón, además no sé que hago aquí, solo soy la ayudante de Seokjin, no llego ni a secretaría.─ Aceptó sin vergüenza lo que el castaño había dicho.

Esa chica si que era una descarada, Taehyung sabía que Nayeon tenía sus queveres con Seokjin, se la pasaba pegada a el como garrapata, no la juzgaba, pero le parecía asqueroso y repugnante lo que la gente era capaz de hacer por un poco de dinero.
Fuera de eso, Nayeon era una chica sumamente alegre y divertida, desde que Taehyung llegó, solo había recibido buenos tratos y amabilidad por parte de Nayeon, es por eso que sabía que la relación, o lo que sea que tuviera con Seokjin, lo hacía por una causa que claramente el ignoraba.

─Bueno señores, agradezco la disposición de todos ante el llamado, me da gusto ver que todos están tan comprometidos con su trabajo, sigan así, fue un gusto verles.─ Se despidió el presidente Choi con una leve reverencia.

Taehyung estaba aliviando, por fin podía regresar a casa, necesitaba un descanso, se sentía sin ánimos y con los párpados pesados.

─Kim, ¿tienes un momento?, necesito hablar de algunas cosas contigo.─ Exclamó Choi, abriendo la puerta de su despacho para darle pasó a Taehyung.

Hoy definitivamente no era su día, dios lo estaba poniendo a prueba, para ver qué tan paciente era y afortunadamente aún estaba dentro de sus cabales.

Gracias dios, por hacer de mi tú mejor guerrero.

 𝐌𝐈𝐒 𝐎𝐉𝐎𝐒 𝐄𝐒𝐓𝐀𝐍 𝐒𝐎𝐁𝐑𝐄 𝐊𝐈𝐌 𝐓𝐀𝐄𝐘𝐇𝐔𝐍𝐆Where stories live. Discover now