22. Una vez en la vida

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Harry despierta sintiéndose casi como en un sueño lleno de niebla, sintiendo que todo es extraño y lejano. 

Su cuerpo se siente entumecido, así que estira sus brazos sobre su cabeza, estira sus piernas y los dedos de sus pies. Un bostezo sale de sus labios, después lo hace una mueca de sueño, o tal vez de descanso.

Incluso se siente un poco renovado.

No es hasta que su cerebro parece despertar casi por completo de la ensoñación, es que nota la suave tela siendo presionada por uno de sus antebrazos. Así que se ve obligado a abrir los ojos para saciar su repentina curiosidad. Lo que ve lo hace sonreír, emocionado y feliz al instante.

El peluche de un delfín de un gris bastante claro, con el color blanco recorriendo toda la extensión del estómago del peluche, y dos ojos negros brillantes a cada lado de su cabeza. Un delfín. Louis le había comprado un delfín de peluche.

El Omega sonríe tanto que sus mejillas incluso llegan a doler.

Toma el peluche con ambas manos y lo alza frente a su rostro, sonriéndole. Y lo observa por unos segundos, recorriendo toda la extensión de su inexpresivo - pero de alguna manera feliz - rostro, y lo atrae hacia su pecho para poder abrazarlo con fuerza.

Se siente un poco como un niño consentido.

Esa sensación placentera de saber que la otra persona puso especial atención en algo que te gusta, guardándolo en su memoria, para poder darte algo especial. No le importaba el precio del peluche, no le importaba el material o el color… Le importaba el significado que llevaba consigo en sus profundos y artificiales ojos negros.

Aunque, si lo pensaba bien… ¿Era esto una cruel manera de dejarle en claro el hecho de que no tendría uno real?

Cuando se levanta y se aleja de la cama, aun abrazando el peluche fuertemente contra su pecho, se da cuenta de que no tiene la misma ropa con la que recordaba estar, por lo que, obviamente, supone que Louis debió cambiarlo. ¿Cómo es que no se había despertado?

¿Qué hora era?

¿Era siquiera el mismo día o había dormido toda la tarde y toda la noche?

Las cortinas de toda la habitación estaban corridas, así que no podía realmente saberlo. Harry no quería caminar más de lo necesario. Así que lo deja. Averiguaría la hora del día en cuanto encontrara a su alfa y pudiera agradecerle.

Abre la puerta con una de sus manos y recorre el pasillo hasta a las escaleras de manera apresurada. Baja las escaleras dando pequeños saltos para avanzar los escalones de dos en dos; buscando al alfa en cada esquina que recorre.

Efectivamente, había dormido más de diez horas. No podían ser más de las nueve de la mañana, pero… Louis y él habían regresado a las seis de la tarde de la casa de Liam y Zayn… ¡Del día anterior!

Louis no se encontraba en la sala de estar ni en su oficina, lugares en lo que era más que seguro el poder encontrarlo. Sabía que la mansión estaba llena de habitaciones que el 90% del tiempo no eran utilizadas, como la gran sala de juegos que Louis tiene en el segundo piso, o la pequeña sala de cine - la cual no había sido utilizada más que unas tres veces desde que Harry llego a la mansión - o incluso la biblioteca.

¿Louis se había ido sin despedirse acaso?

—Genial…— habla en voz alta, soltando un pequeño bufido mientras decide qué hacer. 

Al final, decide prepararse el desayuno para después llamar a Louis y quejarse todo lo que fuera suficiente por ser abandonado sin un beso de despedida. Tal vez incluso pintar un poco, actividad que últimamente no había tenido el tiempo de realizar, pero que extrañaba fuertemente.

BabylonWhere stories live. Discover now