One-shots (sonaze)

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En el campo de batalla los gritos y los choques del metal botando chispas era lo único que sonaba en todo ese campo.

La guerra entre razas, una disputa por definir territorios. riquezas, creencias, esclavos o el arrogante hecho de demostrar superioridad era la razón de tal conflicto bélico.

La guerra entre las facciones más destacables a nivel físico y de combate, la guerra entre los bárbaros y berserkers.

Ambas razas destacan por su tenacidad y superioridad en el combate cuerpo a cuerpo.

Los bárbaros, una raza que destaca por su crueldad y poder militar, pese a su poder, estos llevaban una armadura junto a una hacha pesada.

Mientras que los berserkers, destacaban por su determinación y resistencia en la batalla, al punto de morir apenas derrotar a su enemigo, su únicas armas son sus propios puños o unos nudillos de hierro, junto a unas características marcas rojas en todo su cuerpo.

Entre el fervor de la batalla, dos figuras de distintos bandos se abren paso entre los mares de enemigos, así es....

Sonic the Barbarian, un guerrero bárbaro de alta eficiencia, sus movimientos rápidos a pesar de llevar una arma pesada, eran el terror en el campo de batalla.

Al otro lado, Blaze the Berserk, una felina con una fuerza y resistencia aterradora, destacando que solo lleva unos nudillos de hierro, pero eso no quita su peligrosidad a la hora de pelear.

Ambos se abrían paso entre sus enemigos y compañeros, todo eso era por un mero y sencillo hecho...

Pelear el uno contra el otro, su primera interacción fue al comienzo del segundo atentado de los bárbaros por intentar conquistar el terreno de los Berserkers, cuando esos ojos llenos del deseo de la pelea y la gloria se encontraron, no lo dudaron.

Una motivación tan noble como pelear por su pueblo se vio distorsionada a "El placer de pelear"

La pelea fue salvaje, no importaba que, estos peleaban sin importar el cansancio, heridas o sus propios compañeros se interpusiera. En ese combate, el vencedor fue el erizo, su velocidad con el hacha le dio la ventaja, por lo que ganó, pero a duras penas pudo con la gata.

-Esto no se ha acabado...- dijo el cobalto viendo a la inconsciente felina.

¿por qué no la mato? Simple, pensó que no era suficiente, que la gata tenía más que dar, este la cargo y la llevó a su campamento, eso sí, la golpiza de parte de los berserkers no fue gratis.

Las siguientes veces, el erizo dejó su arma, quería tener una encarnizada pelea con la gata, cada uno peleó como siempre, aunque las siguientes veces, la mayoría de las victorias se las llevó la gata, y el motivo de que este saliera vivo eran las mismas. Y continuó así...

Pero esta vez... Era la guerra definitiva, tras más de diez encuentros entre las razas, finalmente esta debatiría el futuro de ambas. ambos ejércitos corrían hacia sus enemigos con furia. Hasta que...

-¡Deténganse!- se interpuso una equidna naranja acompañada de un erizo azabache, la hija del líder de los bárbaros.

-¡Esto es un sin sentido!- decía el azabache interrumpiendo el conflicto que estaba a punto de darse, el hijo del líder de los Berserkers.

-¡¿Hermana?!- dijo molesto un equidna rojo- ¡¿pero que demonios?!

-esto lo hago porque... ¡Nos amamos!- la equidna levantó la mano de su pareja.

Los gritos de guerra se detuvieron, ambos bandos observaron a la pareja.

-Tikal... ¡¿Pero qué demonios te pasa?! ¡Ellos son nuestros enemigos!- dijo enojado el líder de los bárbaros.