7. ¿Me estás amenazando?

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Steven

Ya va a ser casi mediodía cuándo recuerdo que quedé en ir a recursos humanos para ver cómo resolvemos lo del uniforme de las empleadas, aunque no son solo las mujeres las que utilizan mal el uniforme, también he visto varios hombres qué no utiliza la corbata o los chalecos de seguridad, los que están en el área del estacionamiento, algo que no se ve bien para esta compañía, ya que en caso de un accidente nos metería en serios problemas.

—Buenos días.

Saludo al entrar al departamento, noto al jefe nervioso, me siento en una de las sillas que están frente a su escritorio viéndolo.

—Buenos días señor, ¿Qué se le ofrece?

—Me gustaría organizar una reunión con los empleados, sé que no podremos meter a todos en la sala de juntas, pero por lo menos a los jefes de cada departamento y sus supervisores ya que he notado que varios empleados utilizan el uniforme de forma incorrecta, es algo que no puede traer problemas más adelante.

—Entendido señor, enseguida paso el comunicado a cada departamento, solo dígame el día y la hora en que desea hacer dicha reunión.

—Mañana a primera hora —observo como sus manos tiene un leve temblor y su frente tiene una capa de sudor, no es el único en el lugar que actúa así— ¿Qué lo tiene tan nervioso?

—No es nada señor, esta mañana estuvo aquí el señor Elvis entregando su renuncia.

Me informa mostrándose dudativo.

—No sé porque no me sorprende, muéstramela por favor —le pido.

Abre una carpeta que tiene sobre el escritorio sacando una hoja y me la entrega. Leo brevemente lo que dice encontrando que la razón por la que renuncia es porque él siente que no valoramos su desempeño en la empresa, no sé si reírme por esto o sencillamente ignorarlo, es lo más absurdo que he leído en mi vida. Sigue siendo un niño jugando a ser adulto.

—Acepta su renuncia, no obligamos a nadie a trabajar con nosotros, es una lástima para el señor Gregory cuando se entere que su hijo una vez más le dio la espalda a la empresa de la familia. Que tengan un buen día.

Salgo de la oficina de recursos humanos sacando mi teléfono para mandarle un texto a Madelen, seguro se ha quedado una vez más absorta en su trabajo y no ha ido almorzar aún, además de que ya es hora de que busque a la niña.

Buenas tardes preciosa, ¿aún en la pastelería?

Estoy con Alana comiendo algo rápido, tiene clases de piano en quince minutos.

Rayos, perdí la oportunidad de comer con dos chicas preciosas. Mañana vamos juntos por Alana y luego a almorzar como es debido.

Sería genial, te espero mañana. Debo dejarte, hablamos luego.

Cuando llegó nuevamente a mi oficina me encuentro con la secretaria del señor Gregory junto a una chica.

—Buenas tardes, ¿Qué se les ofrece?

—Buenas tardes señor, le presento a Inés, su secretaria. La estoy poniendo al corriente con su agenda y le explico cómo funcionan las cosas aquí. La estaré entrenando por unos días.

—Muy bien, entonces las dejo para que continúen.

Enciendo la laptop revisando si me han enviado algún correo importante o si han respondido alguno de los que envié, suena el teléfono de la oficina, es mi nueva secretaria.

—Dígame Ines.

—El señor Gagnon desea hablar con usted.

—Hágalo pasar.

Robinson Gahnon, es uno de los socios que no está para nada contento con mi nuevo puesto en la compañía, Elvis es como un hijo para él, lo que comprendo es por que le tiene tanto cariño si él y el señor Gregory no son muy amigos.

—Buenas tardes, ¿a qué debo el honor de su visita?

—Había estado de vacaciones, antes de irme todo estaba listo para que Elvis ocupará este puesto nuevamente, ni se imagina mi sorpresa cuando me entero que ha sido usted el que ha logrado adueñarse del puesto.

—No me he adueñado, solo estoy ocupando el puesto que me corresponde, desde que llegué a esta empresa he dado lo mejor de mi para superar todos los objetivos que me han trazado y he terminado haciendo mucho más ¿aun así no me lo he ganado? —intenta interrumpirme pero levanto mi mano para que haga silencio— al fin y al cabo, su lealtad, empeño y trabajo no es para mi, sino para la empresa. No soy el dueño.

—Aun. No me extrañaría que se jugará alguna treta para quitarle la empresa al señor Gregory, de hombres como usted se puede esperar cualquier cosa.

—Si no tiene nada importante que decirme, se puede retirar, a diferencia de usted tengo mucho que hacer.

—¿Qué está insinuando?

Le da un fuerte golpe a mi escritorio haciendo que mi taza de café se derrame un poco. Quito los documentos que están cerca para evitar que se dañen.

—No estoy insinuando nada, solo digo lo obvio. Que tenga una buena tarde.

—Se va a arrepentir de lo que está haciendo, si fuera usted, fuera más precavido.

—¿Me está amenazando?

Le pregunto divertido, logrando enojarlo aún más. Sale de mi oficina como volcán en plena erupción, tira la puerta de mi oficina y escucho ruido del otro lado, me levanto inmediatamente y salgo para asegurarme que mi secretaria esté bien.

Ines tiene café en su blusa y varios documentos esparcidos por el suelo, algunos están arruinados por la otra parte de café.

—Disculpe señor, es que me asusto cuando salió de su oficina el señor Gagnon —tartamudea de los nervios.

—Comprendo, no te preocupes. Ve al baño a limpiarte un poco y después resuelves lo de los documentos.

Regreso a mi oficina sin poder creer la osadía de ese hombre, tendré que conversar con el señor Gregori para saber si debo cuidarme las espaldas de él o si es él tipo de hombre que solo le gusta intimidar.

Término los pendientes para el dia de hoy y salgo de la oficina, trataré de sorprender a Madelen, si tengo suerte, podremos compartir un café.

🔴🔴🔴🔴

Otro capítulo, compensando los días que no logré actualizar. Si la señal me deja, mañana subiré dos más.

Feliz noche 🌹❤️

Mi amor de primaveraWhere stories live. Discover now