Capitulo 5

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Camila pov

La rutina matutina fue la misma de siempre; preparar a los niños para la escuela, terminar de ayudar en una que otra cosa a Arthur.

Las cosas entre Arthur y yo están un poco tensa la noche anterior no nos dirigimos la palabra, a la hora de dormir él se acostó en una esquina de la cama y yo en la otra lo más alejados posible.

El día de hoy no es muy diferente, él no me ha dirigido la mirada y tampoco me ha dicho una sola palabra. Aunque estoy enojada con él yo debo cumplir con mis obligaciones de esposa como hago ahora; empacar su almuerzo para que él se lo lleve.

Veo a Mathew entrar a la cocina con cara de preocupación e irritación.

-Mamá ayúdame con esto por favor-

-Mathew cariño, ve y dile a tu padre. Estoy un poco ocupada-

Él al escuchar aquello hizo una rabieta y frunció el ceño.

-Yo fui a pedirle ayuda y no me hizo caso, luego me mandó a donde ti y dijo que estás para eso-

Apreté la mandíbula con enojo.

-Me das un momento cielo?-

Él asintió más calmado.

Terminé de empacar el almuerzo de Arthur y luego me arrodillé delante de Mathew, tomé la pequeña corbata que tenía hecha un lío y se la arreglé, luego de acomodarla adecuadamente lo miré con una sonrisa.

-Bien?-

Él sonrió y me dió un beso en la mejilla.

Amaba con locura a Mathew por lo cariñoso que es conmigo, siempre es tan afectivo pero eso solo es conmigo, porque con su padre se muestra muy diferente.

Unos momentos después Arthur entra en la cocina, le sonríe a Mathew y va directo a coger su almuerzo empacado. Todo aquello sin mirarme.

-Estás listo Mathew?- Él preguntó.

-Si-

-Marcus!- Llamé, al poco tiempo él entró a la cocina trotando. -Es hora de irte cariño- Me arrodillé y besé su frente.

Marcus se aferró a la mano de su papá, ellos se dirigieron a la entrada. Mathew y yo los seguíamos detrás.

-Quiero que los dos se porten bien en la escuela, Mathew cuida bien de tu hermano-

Ellos asintieron, se despidieron y luego vi como Arthur los ayudaba a subir al auto.

Otra vez sola en casa.

Busqué algo que hacer pero lo cierto es que no había mucho por hacer, al tener demasiado tiempo libre la casa siempre permanece reluciente y todo en orden.

Fui a la cocina por un vaso de agua, cuando lo tuve en la mano me quedé mirando el líquido que llenaba el vaso hasta la mitad.

-No tengo sed- Dije para mi misma.

Abrí la nevera y volví a meter el vaso con agua.

Entonces me apoyé en la encimera y de repente Lauren llegó a mi cabeza.

Ella es tan... rara, atractivamente rara.

No fue tanta sorpresa que su madre me haya dicho lo de su sexualidad, pues es obvio totalmente por su forma. Ella no es femenina, tampoco hace esfuerzo por actuar como tal, esa es su naturalidad y le queda muy bien. No podría imaginarla como una chica a la cual le guste hablar de moda, salir de compras, hablar del chico más guapo, etc.

Era mejor no pensar en nada referente a ella, así que busqué de qué modo ocupar mi mente.

-Lo mejor sería si duermo una siesta, no es que lo hago mucho que digamos... si, sería muy bueno- Asentí con una sonrisa gustosa.

Romance y Perjuicios. Where stories live. Discover now