Romance y Perjuicios.

Capitulo 8

Camila pov

Cuando estuvimos dentro de la casa, lo primero que hizo Dinah fue inspeccionar todo a su alrededor con ojos críticos. Observaba las distintas fotos que había alrededor de la casa.

Cómo es posible que haya olvidado lo observadora y criticona que suele ser Dinah?

Yo iba detrás de ella con una pequeña sonrisa mientras ella se empeñaba a cumplir con su tarea.

-Me gusta tu casa, se nota que es la típica casa de familia. La decoración es bonita-

-Supongo que gracias- Me encogí de hombros riendo.

-Son los mocosos?- Dijo, señalando una foto donde estaban Mathew y Marcus, ambos vestidos iguales y sonriendo a la cámara con una alegría palpable en el rostro.

-Si, y no le digas así-

-Son unos mocosos hermosos-

Me miró y al ver mi semblante serio estalló en risas.

-Amor cálmate, no pongas esa cara. Solo es una broma de cariño, acostúmbrate-

-Es que...-

-Déjame el drama mi amor, sabes como soy-

Dinah fue hasta la cocina, yo la seguía detrás.

-Tenemos muchísimo de qué hablar y no lo haré con la garganta seca. Hay un poco de alcohol aquí?-

Negué.

-Tu vida se ha vuelto muy aburrida Camila- Negó con decepción.

-Aquí hay niños! No puedo tener alcohol en la casa y no puedo estar tomando cuando tengo que cuidar de mis hijos todo el día- Dije con irritación.

-Consígueme alcohol, también recuérdame comprar un auto-

-Te has vuelto muy exigente, lo sabías?-

Ella asintió con una pequeña sonrisa.

-Solo un poquis... entonces qué, no me conseguirás un poco de alcohol?- Ella subía y bajaba sus cejas con picardía.

Me froté el puente de la nariz.

-Hagámoslo sin alcohol, no sé dónde buscarte alcohol a menos que vaya al súper mercado-

Ella terminó dándose por vencida. Tomamos asiento en la sala, antes de empezar me dijo:

-No sabes la alegría que siento justo ahora, te extrañé cada maldito día-

-Procura no hacerme llorar Dinah- Dije sonriendo y sintiendo mis ojos llenarse de lágrimas.

-A ver... por dónde empiezo?-

-Cuéntame de tu vida, sé qué hay cosas interesantes por contarme-

Ella negó sonriendo. -Quiero saber de la tuya primero, tengo muchas preguntas para ti. Mi vida puede esperar un poco-

Suspiré. -Nada interesante-

-No has ejercido tu profesión aún?- Preguntó, cruzó sus piernas y me miraba con demasiada atención.

-No, tampoco creo que logre hacerlo-

-Y por qué no Camila? Tanto matarte estudiando para nada?- Bufó.

-Estoy bien como estoy, amo la psicología pero amo más a mi familia-

-No me hagas pegarte una bofetada, es ridículo lo que dices. Te conozco Camila y sé que tú no estás bien con esto. Créeme que adoro a tus hijos y también comprendo que hagas sacrificios por ellos, pero no por tu maldito esposo!-