Capitulo 18

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Dean pov

Llevaba horas despierto mirando al techo pensando con demasiada intensidad en mi triste realidad. El silencio que se sentía en mi habitación era casi aterrador, pero no me afectaba en lo absoluto. Perdí la cuenta de la última vez que pude dormir bien, todas éstas noches no he podido dormir y soy consciente de que me veo en muy mal estado.

El reloj que yace en la pared, un poco más arriba de mi cama, marca las 10 de la mañana. Entonces me siento en mi cama, miro mis manos y siento mis ojos humedecerse, tanto que me nubla la visión. Entonces es ahí cuando me pregunto; ¿En qué momento sucedió todo esto?, ¿En serio es real?

Meses atrás justo a esta hora, mamá estuviera tocando a mi puerta, y con su dulce voz diciéndome "Hora de desayunar Dean", pero siempre maldecía cada vez que ella lo hacía, reaccionaba mal, me quejaba y le rogaba al cielo para que ella dejara de hacerlo. Que estúpido fui. Ahora daría todo para que ella me tocara la puerta justo ahora, daría todo para volver a escuchar su voz pidiéndome que baje a desayunar.

Sentado en mi cama lloré con el dolor de mi alma, y es increíble como siguen saliendo tantas lágrimas de mis ojos.

-Perdón mamá. De verdad perdóname- Dije entre sollozos.

Lloré durante mucho tiempo hasta que poco a poco fueron disminuyendo la lagrimas, y dejé de sollozar. Juro que ahora siento un peso menos en mis hombros, siento que al llorar pude desahogarme.

Me pongo de pie y me paro frente al espejo, veo mi rostro y es terrible. Las ojeras son tan notorias, mis ojos hinchados y rojos de tanto llorar me provocan pena, incluso estoy mucho más delgado y con justa razón debo estarlo!.

-Dios mío!- Susurré. -Es suficiente Dean, si seguimos así terminaremos bajo tierra y no es lo que querría nuestros padres- Es una locura estar hablando contigo mismo en el espejo, pero aveces es tan necesario e incluso curativo.

Respiré hondo varías veces, decidido a ponerle fin a todo mi sufrimiento. No es justo para mi, para mi hermano, incluso para mis ya fallecidos padres, que yo me consuma en la tristeza y la depresión.

Ya no puedo enmendar mis errores, no puedo regresar al pasado y cambiar muchas cosas, no puedo devolverle la vida a mis padres, pero si puedo hacer las cosas bien de ahora en adelante, si puedo llevar una mejor relación con mi hermano, si puedo estar en paz conmigo mismo, si puedo ser mejor persona. De ahora en adelante puedo hacer millones de cosas para ser mejor que antes. Aquello me saca una pequeña sonrisa, y es aquí cuando por fin entiendo que no fui culpable de la muerte de mis padres.

Salgo de mi habitación y camino la casa entera dándome cuenta de que estoy solo. Ésta casa es gigantesca y se siente tan vacía. Voy a la cocina por un poco de jugo, y luego me dirijo a la biblioteca, era el lugar favorito de mi padre.

Al entrar miró el enorme estante de cinco niveles que rodea casi toda la habitación. También había un escritorio con una computadora portátil.

Miré los cientos de libro que había, pero ninguno lograba captar mi atención hasta que en el nivel dos si encontré un libro, lo tomé sin mirar su título. No sabría explicar por qué llamó mi atención, solo sé que sentí un pequeño empujón hacia él. Con el libro en las manos me senté en el escritorio, le di un sorbo a mi jugo y lo abrí.

Según lo que estaba viendo, el libro se trataba de frases. Pensé en dejarlo encima del escritorio pero lo ojeé hasta que me fijé en una frase que decía

"Lo que hoy parece un huracán en tu vida, mañana comprenderás que solo era el viento, abriéndote un nuevo camino"

Fruncí el ceño y cerré el libro. No lograba asimilar su significado, pero tampoco le di extrema importancia.

Romance y Perjuicios. Where stories live. Discover now