XI

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Shin Yoosung siempre había pensado en lo irónica que era la vida. Cuando era más pequeña, sentía que lo tenía todo: unos padres maravillosos, el mejor hermano que podría desear, una casa donde tenía su propio cuarto, los juguetes que ella quisiera.

Y en un segundo, todo se había venido abajo.

Shin Yoosung podría haber tenido 7 años, pero sabía que pasaba. Sabía de las discusiones, de las peleas.

De los golpes.

Y entonces, una tragedia le arrebató a su hermano.

Su padre estaba muy borracho cuando discutía con su madre. Su hermano y ella estaban escondidos en el cuarto de lavado, con la puerta entreabierta y mirando todo desde aquel hueco.

— Todo va a estar bien, Yoosung-ah. No tengas miedo. — fueron las últimas palabras que escuchó de su hermano.
En un acto de querer defender a su madre, salió de su seguro escondite y se abalanzó contra su padre.

Luego de eso, Shin Yoosung sólo recuerda el charco de sangre en el suelo y a su hermano inconsciente. La mancha sobre la esquina de la mesa de vidrio, y los gritos de su madre, asustada. Las sirenas, los pasos pesados de los detectives. Su padre encerrado en una patrulla y los paramédicos llevándose a su hermano.

Recuerda estar descalza, en la comisaria mientras una señora de servicio social trataba de hablar con ella.

Shin Yoosung había perdido a su más grande confidente.

˗ ˏ ˋ   ˎ ˊ ˗

Shin Yoosung miró el edificio donde vivirían. Parecía igual que aquellos que veía en las series de televisión adolescentes. Elegante pero no tan pretencioso.

Miró a su madre sacando las cosas del auto. Sostuvo su muñeca con más fuerza.

Una vez dentro, el pequeño pero acogedor departamento la recibió. Un cuarto - pequeño, pero suficiente - sería su habitación. Su madre tendría que trabajar casi todo el día, por lo que ella estaría sola. No tuvo problema con eso.

Shin Yoosung pasaba sus días mirando la televisión, haciendo su tarea y mirando hacia la ventana, pensando en aquellos días con su hermano.

Hasta que un día, un toquido llegó a su puerta.

Cuando abrió, se encontró con otro niño casi de su edad, una gorra sobre la cabeza y un saltamontes en la mano.

— ¿Has visto a un saltamontes como este?

Sus ojos viajaron entre la cara del niño y el animal en su mano. Negó con la cabeza y agregó: — ¿Por qué tienes saltamontes? Son asquerosos.

Procedió a escuchar un sermón de 15 minutos sobre porque los insectos son lo más maravilloso del mundo. Y mientras escuchaba, no pudo evitar pensar lo gracioso que el niño delante de ella se veía.

—...y por eso, amo los insectos, niña.

— ¿cuántos años tienes?

— 9

— No me llames niña cuando tú también eres uno.

El niño alzó una ceja. Guardó el saltamontes en su bolsillo y regresó su mirada a ella. — Respetame, niña. Sé que soy mayor que tú, así que llámame Hyung.

— En tus sueños. — Shin Yoosung estaba a punto de cerrar la puerta cuando una voz proveniente del pasillo se dirigió al niño.

— Gilyoung-ah, ¿ya encontraste a Titano? — el hombre se acercó a ambos niños, miró a Shin Yoosung y sonrió amablemente. — Hola, no te había visto antes por aquí. Soy Kim Dokja, vivo dos pisos arriba. — agitó la mano en señal de saludo.

Shin Yoosung miró a Kim Dokja. Sonrió un poco y asintió. — Shin Yoosung.

˗ ˏ ˋ   ˎ ˊ ˗

— No se preocupe, me encanta cuidar niños. — Kim Dokja miró a la señora Shin y sonrió. — Yoosung-ah está en buenas manos, no tiene de que preocuparse.

Shin Yoosung asintió enérgicamente.

Lee Gilyoung miraba desde dentro junto con Titano.

Kim Namwoon y Lee Jihye sonreían a la nueva integrante de su grupo.

Tal vez Shin Yoosung podría ganar más de un hermano mayor.

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⏰ Terakhir diperbarui: Jun 01, 2023 ⏰

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Luz de Luna 「Joongdok」Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang