𝐆𝐞𝐥𝐚𝐬𝐬𝐞𝐧𝐡𝐞𝐢𝐭

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Tres años atrás, una chica de cabellos castaños llegó a la escuela secundaria de Busan, quien fue recibida por brabucones que buscaban lastimarla, aunque les salió al revés.

Jeongyeon era una chica amante de las artes marciales, le encantaba aprender de defensa personal y fue una de las cosas que llamó la atención de Nayeon.

Un chica abiertamente lesbiana, cabellos rubios, piel blanca, un precioso lunar abajo una de sus cejas y uno adornando su cuello.

Vistiendo de colores oscuros todo el tiempo, celular de último modelo, perforaciones en las orejas y en el labio, ojos oscuros y llamativos, cabello largo y ondulado, y una altura promedio.

Cuerpo bien formado, abdomen trabajado, brazos fuertes y resistencia de ensueño. Nayeon estaba en la cima de los requisitos de cada chica popular, pero algo que la definía era no tener una relación duradera.

Algunos la llamaban satiresa, otros disfrutaban de la resistencia en la cama, odiaba el sexo sin cuidados o higiene, odiaba los besos en la cama, se asqueaba de las palabras amorosas cuando solo se dedicaba a penetrar el agujero de alguna chica.

No le importaban los sentimientos, las mariposas o el gusto que tenía la persona bajo ella, ni siquiera lograba aprenderse sus nombres, no le importaba si al día siguiente esa persona la comenzaba a odiar. No le gustaba hablar de sus encuentros sexuales, le aburrían los nudes y las chicas que se dejaban llevar rápido.

Y bajo todo eso, Jeongyeon se enteró de todo el trayecto e historia de Nayeon, pero aún sabiendo eso, no la juzgó, debía tener sus motivos, sus gustos o su manera de llevar la vida. Aún así las cosas no fueron fáciles.

Jeongyeon siempre fue reservada y respetuosa cuando se topaba con Nayeon, la última amaba ver como el uniforme se ceñia perfectamente a ese esbelto cuerpo, disfrutaba la delgadez y a pesar de su pequeño trasero, seguía amando todo de esa chica.

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Por aquella razón, Nayeon comenzó a ser más atenta, trataba de toparse a Jeongyeon para saludarla o sacarle conversación, mientras la contraria solo tenía una actitud muy neutra.

Neutra hasta el día en que se sintió preparada y había confirmado su gusto a Im. Esa tarde de clases una pequeña carta con un paquete de chocolates decorados.

Las manos de Nayeon la recibieron, dejando eso en la mesa vacía, tomando la cadera de la menor y besarla sin dudarlo.

Jeongyeon recibió el beso con cariño, escuchando los murmullos de las pocas personas que se encontraban ahí.

El dos de junio Nayeon y Jeongyeon habían comenzado una relación, una linda y dulce relación hasta que comenzaron a pasar los días.

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Mes tras mes, hasta que el uno de noviembre , el mismo día del cumpleaños de Jeongyeon, Nayeon había llegado a la casa sin un regalo, solamente ella y su mirada perdida y asustada.

Jeongyeon se enamoró profundamente de ella, pero a pesar de todo Nayeon lo había hecho más fuerte aunque no lo demostró.

"No me siento capaz de permanecer en abstinencia"

Fue lo primero que salió de su boca cuando Jeongyeon le contó que en unos meses se mudaria a Seúl, segundo "no me agradan las relaciones a distancia", y por último "no quiero seguir una relación contigo si no hay sexo y contacto físico".

Jeongyeon comprendió y fue fuerte al aceptar la ruptura, ni siquiera recibió un beso de despedida o un abrazo, solo un pequeño apretón de manos con un triste y lagrimoso "feliz cumpleaños".

𝐈 𝐡𝐚𝐭𝐞 𝐟𝐮𝐜𝐤𝐠𝐢𝐫𝐥𝐬 ➳ 𝟐𝐲𝐞𝐨𝐧Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz