Narrador: Tercera persona
Finalmente ya había amanecido, Sam se estiraba en la cama con una sonrisa en la cara. Normalmente no era común que hiciera eso al despertar, solo lo hacía porque era un día importante para ella, el día que tanto había espero. Por fin empezaría los cursos de fotografía.
Sin ningún tipo de molestia apagó la alarma de su móvil que estaba sonando algo fuerte, lo suficiente como para despertarla. Pero siendo sincera no había dormido casi nada, a pesar de que se durmió tarde por la llamada a sus padres los pensamientos que vinieron después de esa llamada hicieron que se desvelará completamente. Al parecer no le había afectado mucho lo de no dormir, cosa que si su familia viera no se lo creería, si había algo que le molestara mucho a Sam es tener que levantarse temprano y siempre lo hacía de mal humor.
Al levantarse de la cama fue directo a la maleta dónde había echado la ropa que utilizaría para esa ocasión, estaba tan nerviosa que ni se había a dado cuenta de que había tirado todo al suelo y lo dejo ahí tirado como si no pasará nada.
Fue al cuarto de baño para darse una ducha rápida. La parte del desayuno no le preocupaba tanto, Sasha le había informado que Maik se levantaba temprano todos los días por sus estudios y ya el se encargaba del desayuno.
Cuando estuvo lista busco su mochila que también había traído en una de sus maletas, echó en ella lo que creyó necesario y obviamente su cámara. Su cámara para ella suponía algo muy especial, se le había regalado su padre cuando cumplió los dieciséis, no era de las más modernas pero si una de las más codiciadas por su gran calidad. Eso fue una de las cosas que ayudó a Sam a salir de su depresión, su sueño siempre había sido ese, viajar por el mundo y fotografiar lo magnífico que podía llegar a ser. Quería que las personas la reconocieran por su arte y aún no pierde las esperanzas.
Tomo su mochila ya lista y bajó corriendo las escaleras hasta llegar a la cocina donde efectivamente estaba Maik terminando de hacer el desayuno ya vestido. Sam dejo la mochila en una de las banquetas para sentarse en otra, siendo sincera los nervios le habían quitado el apetito, pero si se iba sin desayunar sabía que Maik se lo diría a su amiga, está la regañaría y luego tal vez se lo contaría a sus padres y para evitar regaños prefería hacer lo mejor para evitarlos.
— Buenos días Maik — lo saludo está acomodándose en una de las banquetas
—Buenos días señorita, veo que alguien está de buen humor hoy — le dijo este volteando a verla, Sam sonrió algo roja.
—Pues si estoy muy emocionada la verdad, quiero que todo salga bien hoy.
—Y lo estará te lo aseguro, pero primero vas a desayunar.
— Eso lo tengo claro
— Es bueno que lo tengas claro, sabes cómo se pondrá tu amiga si se entera .
Sam y Maik se echaron a reír por lo último que este dijo. Ya se imaginaban a Sasha peleando
— Valla si tu familia te vieran, no se creerían que estarías despierta tan temprano y sin estar enojada.
— Yo no... bueno solo era porque no me gustaba la escuela, pero esto si .
— Lo se
Si decir más nada Maik volvió a lo suyo, Sam había tomado el periódico y se había puesto a leer una noticia sobre un concurso de baile que había tenido lugar la noche anterior.
Maik empezó a servir el desayuno a cada uno, Sam enarcó una ceja al notar que su amigo ponía un tercer plato y lo llenaba de panqueques, al principio pensó que sería para Sasha pero sabía que su amiga no se despertaría un lunes a las siete de la mañana.
