Solo cosas (accidentales) de crianza

2. Isaac

A Isaac no le va bien con las noches de PTA; simplemente hay demasiados malos recuerdos en torno a obtener una mala calificación. Por lo general, solo opta por quemar la circular que invita a los padres a una consulta individual con los maestros de aula, luego le dice al consejero vocacional durante cinco años y corriendo que su padre simplemente no puede sobrevivir con sus horas impares en el cementerio.

Este sistema ha funcionado bien hasta que Derek se convirtió en su tutor legal e insistió en acudir a ellos para el último año. Isaac entiende que obtener buenas calificaciones es importante para tener la oportunidad de postularse para universidades estatales, pero sentarse en un aula vacía con solo seis pies de espacio entre la Sra. Halliwell y explicar dónde van a caer sus calificaciones y una figura de autoridad a su lado es sólo un desencadenante de PTSD esperando a suceder.

Isaac está sentado fuera del salón de clases de su maestro de aula, con un pie golpeando el suelo sin descanso mientras espera que llegue su Alfa. Los padres emparejados con sus hijos e hijas entran y salen por la puerta con diversas expresiones de consternación, orgullo e indiferencia. Él piensa que las personas mayores deberían estar exentas de cosas como esta. Isaac y la mayoría de la manada tienen dieciocho años, por el amor de Dios, esto es simplemente vergonzoso. También es vergonzoso que se haya enfrentado a amenazas más grandes en el mundo (kanimas, berserkers, hombres jaguares) y aún así, la expresión de decepción en el rostro de una figura de autoridad sigue siendo su única kriptonita psicológica verdadera.

Isaac suspira. Piensa, solo una noche, unos minutos adentro, y todo habrá terminado.

Siente una figura que se acerca y escucha, "Hey amigo", mientras Stiles se sienta a su lado, aparentemente de la nada.

Isaac mira al humano con ansiedad atrapada en su garganta. "Hola", dice débilmente.

"¿No es tu turno todavía?" Pregunta Stiles, moviendo el cuello para mirar hacia la puerta. Otro par de padres e hijos salen de allí con sonrisas felices.

"Solo estoy esperando a Derek", murmura Isaac, pasando nerviosamente una mano por su cabello. "¿Qué pasa contigo?"

Stiles bufó, “La escuela dejó de hacer que mi papá viniera aquí hace años. Lo atiendo por mi cuenta. Soy un estudiante fuerte e independiente con una mala nota de comportamiento, pero ¿quién va a mirar, verdad?"

Isaac siente un poco de envidia por esto, pero lo comprende. Él dice: "Bueno, eres muy inteligente de todos modos, así que supongo que está bien".

Stiles le lanza una sonrisa fácil y pone una mano firme en la parte posterior de su cuello. Envía una sensación reconfortante por la columna vertebral del hombre lobo, y de esta manera, escucha mejor los latidos del corazón de Stiles y modela su respiración a cada otro entrecortado.

Stiles dice en voz baja: "Sé que cosas como esta pueden ponerse bastante difíciles, pero es por eso que quería quedarme en esta ronda si eso están bien para ti". Quita la mano del cuello de Isaac para mirar algo en su teléfono. "Derek acaba de enviar un mensaje de texto diciendo que está cerca. Solo tienes que sonreír y soportarlo, ¿está bien?"

Isaac toma una respiración profunda y asiente en sucesiones rápidas, "Sí, yo- eso sería genial, si hicieras eso".

Se necesitan dos parejas más para entrar y salir del aula antes de que llegue Derek. Ha renunciado a su chaqueta de cuero por la noche, vistiendo en su lugar un suéter verde oscuro y pantalones que lo hacen parecer un padre joven que intenta demostrar su competencia a maestros mucho mayores. El hecho de que haya venido vestido para la ocasión hace que Isaac respire un poco mejor.

La Sra. Halliwell se sienta detrás de su escritorio con la tarjeta de término de Isaac en la mano y arquea una ceja al ver a Stiles.

“Hola, señor Stilinski. ¿A qué le debo el placer? Tú y tu padre ni siquiera asisten a tus propias consultas", dice ella con remordimiento. La Sra. Halliwell nunca fue conocida por ser mala, por lo que Isaac sabe que no echará a Stiles solo por estar allí para él.