CUARENTAYSIETE

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Changbin salía completamente destrozado por la puerta del enorme edificio de la JYP, mantener el ritmo en el trabajo mientras preparaba su trabajo de final de grado y trataba de mantener sus notas estaba siendo un completo infierno

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Changbin salía completamente destrozado por la puerta del enorme edificio de la JYP, mantener el ritmo en el trabajo mientras preparaba su trabajo de final de grado y trataba de mantener sus notas estaba siendo un completo infierno. Sentía todos los músculos del cuerpo agarrotados, la falta de sueño hacía que sus ojos dolieran constantemente y sentía que había perdido como treinta años de vida. El alma se escapaba del cuerpo, y se dejó caer en el primer banco que vio en la calle, necesitaba descansar, cerró los ojos y dejó que el ruido de las calles de Seúl por la noche tapasen el ruido de su mente.

Sintió como las comisuras de sus labios se estiraron hacia arriba en una sonrisa al reconocer una voz conocida llamarlo, sonando más fuerte que el sonido del tráfico de la gente saliendo de trabajar para volver a casa. De nuevo sintió que Seungmin era un pedazo de su tarta favorita después de meses sin probar ni un solo dulce.

— ¡Changbin hyung! — Gritó preocupado, corriendo hacia el chico desparramado en el banco de madera como si fuera el sofá más cómodo del mundo.

— ¿No tenías una sesión de estudio con tus amigos de clase? — Preguntó Changbin cuando notó que Seungmin se había sentado a su lado en el banco.

— Tenía, en pasado, Woobin tiene covid y está muerto en cama con cuarenta de fiebre, así que lo hemos cancelado y como la biblioteca quedaba cerca de aquí... Pareces incluso más cansado de lo normal ¿Seguro que está todo bien? — Seungmin titubeó, pero terminó por pasar el pulgar por las mejillas de su vecino, efectivamente, había llorado. Rápidamente estiró la manga de su cardigan azul y secó las lágrimas de su cara, con cuidado de no ser muy brusco, Changbin estaba pálido como el papel, y casi tenía miedo de romperlo si hacía demasiada fuerza. El otro chico se estremeció ante la caricia, no esperaba esa delicadeza por parte de Seungmin.

— Estoy al borde del colapso no voy a mentir... No puedo más Minnie, no soy tan fuerte, no puedo hacerlo todo como Chan, no puedo aguantar tanto trabajo, ni dormir menos de cinco horas, no puedo con esto. — Changbin esperó una queja, esperó un histérico "¡No digas eso, tu puedes con todo!" como el que había recibido de Jisung un par de días atrás, sin embargo, no escuchó nada.

Sintió un peso en su pecho y al abrir los ojos vio a Seungmin apoyando la cabeza, con los brazos temblando, dudando si rodear su cuerpo o no, finalmente logrando abrazarlo tímidamente, y Changbin quiso llorar de felicidad allí mismo. Pasó un brazo por la espalda del chico, dejando pequeñas caricias que solo hacían del momento, algo mucho más íntimo.

— Está bien sentirse cansado, pero no creo que debas renunciar aún... Puedo intentar ayudarte, puedes pedirle ayuda a Jisung, o a Chan, no estás solo hyung — Seungmin tragó saliva después de hablar, tratando de calmar sus pulsaciones, que iban ridículamente rápido. Notaba el corazón bombear sangre con fuerza, como si estuviera corriendo una maratón, y temió que lo notase, aún no se sentía seguro para verse así de expuesto.

The boy next door - SeungBin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora