Capítulo 7🦋

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Aria

—Mi hermana solía traerme aquí cuando era más pequeño —la voz de Alex interrumpió mis pensamientos —Decía que este lugar era mágico. Aseguraba que cuando te sentabas frente al mar, cerrabas los ojos y respirabas profundo, todos tus problemas mágicamente desaparecían —negó con la cabeza riendo.

       —Al parecer no desaparecieron — murmuré.

       Él se mordió el labio y volvió a negar con la cabeza con la vista en la arena.

       Era la primera vez que Alex me hablaba de su hermana, y notaba que lo hacía con tristeza. Sentía muchas ganas de seguir preguntando sobre ella, pero me di cuenta de que se puso incómodo con solo nombrarla, así que preferí callar y ahorrarme las dudas, bastante ya había estropeado nuestro inicio de cita.

       —¿Quieres comer algo? —preguntó, cambiando el tema y sacando de una de las bolsas una caja de pizza—. Es pizza vegana, no sabía si comías carne, por lo tanto, no quise arriesgarme.

       —Vegana está bien —me encogí de hombros.

       Saqué un trozo de la caja y comencé a comerlo sin parecer desesperada. En todo el día no había probado bocado por los nervios, y mi estómago parecía estar realmente al punto del colapso.

       —Bueno..., ya que estamos aquí para conocernos, empezaré yo el interrogatorio —dijo sin titubear.

Sonreí ante su iniciativa. Amaba los hombres que iban al punto.

       —Puedes hacer preguntas de todo, menos sobre mi vida sexual —amenacé, con pizza en la boca.

       —No iba a preguntar sobre tu vida sexual —soltó una risa divertida—. O quizás, si quiero saber algo relacionado con eso... —me lanzó una mirada traviesa.

       —Olvídalo, todo menos eso.

       —Bueno, no lo haré, lo prometo —aseguró riendo.

       De pronto y sin previo aviso agarró una servilleta y me limpió el contorno de mi labio. Al sentir sus dedos rozando mi cara, mi corazón empezó a palpitar tan rápido, que pensé que me daría un infarto. El roce delicado de sus dedos me hizo sentir millones de mariposas en el estómago. Mariposas que por un momento deseé matar a golpes. Él me miraba fijamente con los ojos brillosos y yo moría por acercarme y besarlo, pero me contuve. Sabía que no debía hacerlo, no hasta estar completamente segura de que Alex no me iba a hacer daño si le abría mi corazón.

       —Ya, haz las preguntas o me arrepentiré de responderlas —dije rápidamente para poder quitarme de la cabeza la imagen de él besándome apasionadamente.

Se apartó con una sonrisita y mascó un trozo de pizza.

—¿Hace cuanto llegaste a Londres?

       Admito que no me esperaba una pregunta tan fácil, pensé que me preguntaría algo más profundo. Si tenía novio, si estaba casada o si tenía antecedentes penales, algo de ese estilo.

—¿Cómo supiste que...?

—Tu acento —respondió—. Es fácil darse cuenta quién ha nacido en Londres y quién no.

       —Llegué hace dos años —respondí con seguridad.

       —¿Y por qué viniste a Inglaterra? —volvió a preguntar mientras daba otro mordisco a su trozo de pizza.

       —Porque venir aquí era mi sueño. Ahorré dinero durante cuatro años para venir a estudiar diseño de vestuario al Central Saint Martins, pero... —me quedé callada de forma abrupta.

Una luz a Medianoche © (Libro 1)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang