All I need is your pretty heart (All I need libro 2).

Capítulo 1.

EMMA.

Bajo los vidrios del carro mientras saco las manos y canto Daydream de Harry Styles. De mis momentos favoritos en mi rutina, es manejar mientras escucho música, lo amo, soy solo yo en mi auto.

Me estaciono en la cafetería para comprarme mi bebida favorita—hasta los momentos—, el latte matcha, con leche de almendras y con mucho hielo.

Al entrar el olor a café me recibe, y me posiciono en la fila para hacer los pedidos. Las conversaciones de las personas se escuchan en todo el lugar. La fila avanza rápido, a mi lado hay unas chicas reunidas en una mesa. Eso me recuerda cuando salía con Lara, sonrío sin evitarlo.

—Entonces ese idiota se fue con otra después de pelear. —Escucho a una de las chicas.

—Adivino. —La chica de cabello castaño habla—, se fue con la rubia de Mary.

—Querrás decir la puta de Mary.

—Jack me dejó por una rubia también.

Sigo escuchando la conversación mientras avanza la cola.

—La chica que está a nuestro lado es rubia —susurra una de ellas—. Deberían bajar la voz.

—¿Y qué? Ella debe de saber que todas las rubias son unas malditas víboras. —Ella y el resto de las chicas se ríen.

Un nudo en mi garganta hace acto de presencia. Toda mi vida he tenido que lidiar con los estereotipos de la chica rubia, los comentarios sobre que estoy vacía, soy una tonta, una roba novios, y yo nunca me he interpuesto en una relación...

Bueno, si. Pero no sabía que el idiota de Bolton tenía novia. Pero ya eso pasó hace tres años, no tengo necesidad de recordar eso.

Ordeno el té de matcha, y mientras espero por la bebida, las chicas siguen hablando sobre las rubias.

—Las rubias son unas víboras, punto.

Mi enojo se esparce por todo mi cuerpo.

Pago la bebida y salgo dando zancadas del café, manejo hasta la tienda de tatuajes más cercana.

—Hola, buenos días ¿la puedo ayudar en algo? —dice una chica rubia junto con una sonrisa.

—Hola. —Le sonrío igual—. Quiero un tatuaje.

—¿Ya te has tatuado antes?

—Nop.

—Es muy temprano para una decisión tan arriesgada ¿segura que lo quieres hacer?

—Segurísima.

—Durará toda la vida.

—Lo sé.

—Ok. —Se encoge de hombros y me tiende una planilla—. Llena esto de tus datos para hacerte pasar.

Lleno la planilla con mis datos. Espero a la chica y pienso en donde lo quiero.

—Ya puedes pasar.

Ella me guía a una cabina donde una chica de cabello castaño me espera.

—Hola Emma ¿no? —Dice ojeando la planilla.

—Sip.

—Ok, iniciemos. ¿Qué te vas a hacer?

—Quiero una serpiente.

—Te voy a anotar aquí las cremas que vas a necesitar.

—Está bien.

No paro de ver mi tatuaje, es precioso, está en el lado izquierdo de mi cintura, justo debajo de mi seno. Creo que dejé el plano astral cuando la aguja hizo contacto con mi piel, quise retener mis lágrimas, pero fue en vano. Por eso ahora tengo las mejillas rojas, al igual que mi nariz.