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Me dolía muchísimo la cabeza, me iba a tomar un ibuprofeno en cuanto bajara a cocina.

Había soñado una cosa rarísima. Le decía a Jeremiah un montón de cosas. Qué se que son verdad, pero nunca se las diré.

Estaba dispuesta a volver a dormirme cuando abrieron la puerta de golpe y entraron muchas personas.

—¡FELICIDADES!—Me levanté de golpe.

—Tienes 3 segundos para decirme que hace Jeremiah sin camiseta en tu cama—¿Cómo?

—No es lo que parece, de verdad—Empezó a decir Jeremiah.

—Lily, ¿Por qué tienes su camiseta?—Mierda, es Cooper. Se fue de la habitación.

—Espera, ven—Me fui corriendo y le alcancé antes de que saliera de la puerta.—No hemos hecho nada

—¿Y la camiseta?

—Ayer me vomité el vestido y el me ayudó, te prometo que no ha pasado nada.

—Es inútil, no puedo seguir así. Tú primer y último pensamiento no soy yo, es otro. Miras con ojos de enamorada a otro, no a mí. Deseas besarle a él. Admítelo, tienes a otro en la cabeza. Y no es alguien cualquiera. Es alguien que te ama tanto como tú le amas a él. No seas tonta y escúchale. Te va a contar la verdad, yo se lo que en verdad pasó. Si no le crees, preguntame a mi. Pero es algo que te tiene que decir él.

—Lo siento muchísimo—Le abracé

—Espero que hoy hables con él. Como amigo tuyo, quiero verte feliz. Me voy a ir a casa, no quiero molestar

—Espero verte pronto—Dije y se fue. No es que haya empezado muy bien este cumpleaños. Espero que todo vaya a mejor.

—¿Estás bien?—Me preguntó Belly—He visto todo, sabes que estoy aquí para lo que sea.

—Si, estoy bien. En el fondo Cooper y yo sabíamos que algo de esto iba a pasar. Así que a seguir adelante

—Tu eres la única persona que no puede superar a una persona en años y a otra en segundos—Las dos reímos—Vamos, nos están esperando en la cocina. Dicen que tienen una sorpresa

Fuimos y Belly tenía razón. Nos estaban esperando con una tarta y nos empezaron a cantar el cumpleaños feliz. Soplamos las velas y pedimos un deseo. Yo sólo quería que el día acabase bien, nada más.

—Jer, cariño. Parte la tarta para todos—Le pidió Susannah

—¿Sabéis que el líquido es un hielo?—Dijo Jer mientras partía la tarta

—¿Qué?—Preguntó Steven

—Creo que quiere decir, que el cristal es un líquido—Dije acercándome a él—Así que lo de anoche no fue un sueño, te dije todo eso de verdad—Susurré a su lado

—Si, y se que es verdad. He oído tu conversación con Cooper. Tenemos que hablarlo

—Le ha dado la dislexia al pobre—Todos nos reímos de él

—Esto es ofensivo—Empezó a decir de broma—Os podría pasar a cualquiera de vosotros

—Anda, trae aquí—Le quité elnpalto con la porción de tarta y me le quedé mirando mientras sonreía.

—Bueno, hoy habrá fiesta por la noches. ¿No, chicas?—Preguntó entusiasmada Taylor

—Creo que yo me quedaré en casa. No estoy para fiestas. Si voy, iré tarde. Pero no estoy segura

—Vamos, Lily—Se quejó Belly—Hoy es la primera vez que vamos a beber y va a ser todo legal

—¿Qué has dicho Belly?

—Ya sabes que todo lo que digo, no es verdad—Intentó arreglarlo Belly

—Ya tenéis 18 años. Parece que fue ayer cuando os tenía a las dos en brazos. Indefensas, sin poder hacer nada sin mi ayuda... Y ahora vais a entrar a la universidad

—Es verdad. ¿Ya habéis pensado dónde queréis estudiar? Tendréis que eschar la matrícula dentro de nada—Preguntó Susannah

—Yo voy a estudiar enfermería en Florida—Dijo Belly. Odiaba este tema. No sabía dónde iba estudiar. Lo único que sabía era que iba a estudiar biología marina—Lily no está seguro del todo, pero pronto sabrá que hacer—La miré con cara de "gracias"

Llegó la hora de los regalos. A cada una nos Susannah y Laurel no regalaron la inicial de nuestro nombre con un montón de fotos de muchos años y una placa de Spotify con nuestra canción favorita. Conrad le regaló a Belly un álbum de fotos de los tres años que llevan juntos y a mí una pulsera con mi inicial.

—Graciaa a todos—Dijo Belly terminando de abrazar a todos

—Es tu turno Jeremiah—Dijo Susannah. El no paraba de mirar al suelo—No me digas que... Jeremiah. No es posible

—Susannah, da igual. No está obligado a regalarnos nada ni a recordar nuestro cumpleaños—Dije yo y me fui a arriba.

Era verdad, el no tenía la obligación de darnos nada. Pero me sentía mal. Me fui a tumbar en ka cama pero noté que había algo en ella. Eran los dos libros que me faltaban de la trilogía con muchísimos post-its. Y un collar precioso de una dalia azul. Había una nota. La abrí y empecé a leer:
"Para las tardes en las que te encierras en el cuarto y no paras de leer, espero que no te quedes sin post-its
PD: Cuando quieras podemos recrear las escenas de los post-its naranjas ;)
PD2: Lo anterior es broma, pero si quieres no
De tu tonto favorito: Jeremiah "

Salí de la habitación rápido para hablar con él, pero casi me choco. Nada más verle le di un abrazo y el me lo devolvió.

—Muchísimas gracias, por todo. Ven, pasa—Le invité a pasar a la había y se sentó en la cama—Me siento muy mal por pensar que te habías olvidado de mí cumpleaños

—Te aseguro que nunca olvidaré está fecha. ¿Te ha gustado el collar?

—Si, es precioso. ¿Me ayudas a ponérmelo?—El asintió y se levantó para ponérmelo

Me aparté el pelo del cuello y el empezó a ponérmelo. Me empecé a poner muy nerviosa cuando noté sus manos en mi cuello. Me di la vuelta, estábamos cara a cara. Podiamos sentir la respiración del otro.

—Gracias otra vez Jeremiah. Me voy con las chicas, me están esperando abajo.

Me fui y le dejé sólo en mi cuarto. Las chicas no me estaban esperando, pero necesitaba irme de ahí.

Pasó toda la tarde y todos se fueron a una fiesta que había en un parque de cerca de casa. Yo me bajé a leer a la playa los libros que me había regalos Jer. Noté que alguien se sentó a mi lado

—¿No te has ido a la fiesta?

—Lo mismo debería preguntarte. Es la fiesta de tu cumpleaños.

—Necesitaba un cumpleaños tranquilo, pasaba de fiestas

—Lily... Tenemos que hablar

—Jer, agradezco mucho que por fin me quieras contar todo lo que pasó. Pero como te he dicho, quiero un cumpleaños tranquilo. Me lo puedes contar en otro momento.

—¿Y que tal los demás regalos?

—Muy bien. Taylor nosnha regalado una pulsera echa a mano y Nicole una vuelta por el yate de su padre.

—Cualquiera compite por un yate

—El regalo que más me ha gustado ha sido el tuyo.

—Todavía me queda uno, pero no estoy muy seguro de dártelo ni de si te va a gustar

—Nunca lo sabrás si no me lo das—Me giré para mirarle y todo se paralizó

Me hundí en esos ojos azules. Su mirada expresaba deseo, miedo... Pero sobre todo amor. Puede que mañana me arrepienta, pero vida sólo hay una. Metí la mano en su pelo y le besé.

Echaba tanto de menos esos labios. Era un beso que expresa lo mucho que ambos nos necesitábamos. Ojalá el tiempo se paralizara, sólo necesito esto.

Nunca te dejé de amar|| Jeremiah FisherWhere stories live. Discover now