¡ 08 ; dubu !

192 40 2
                                    

¿Qué diablos hace Jiwoong aquí? Ese fue el segundo pensamiento que pasó por la cabeza de Matthew cuando vió al chico que esperaba en la entrada de su instituto.

El primer pensamiento que pasó por su mente fue que no podría verse más increíble que con esa cazadora de cuero y el pelo descuidadamente arreglado, apoyado con despreocupación contra su vieja moto.

— ¿Jiwoong? ¿Qué haces aquí?

El tercer pensamiento fue, que aquella sonrisa ladeada debería ser ilegal.

— Bueno, me han mandado a comprar algunas cosas para la tienda de mis padres y me apetecía venir a verte.

Todas las alarmas se encendieron en la mente de Matthew, aquello no era un simulacro, Jiwoong quería verle. A él.

Jiwoong se encogió de hombros y fingió despreocupación, cuando la realidad era que no aguantaba ni un segundo más sin estar cerca del chico de hoyuelos en las mejillas.

— ¿Llevas mucho tiempo esperando? —Matthew frunció el ceño y pensó por un momento— ¿Cómo sabías que este era mi instituto?

Jiwoong sonrió suavemente y le sonrió de lado.— Tú me dijiste dónde estudiabas el otro día, cuando comí en tu casa, y no, llegué hace un cuarto de hora o algo así. Supuse que las clases no tardarían en acabar.

¿Un cuarto de hora podría considerarse mucho tiempo? Matthew no estaba seguro, pero el pensar en Jiwoong esperando por él era como una inyección de adrenalina directa a su corazón. La marca de su cuello volvió a hacerse notar, como si quemara, recordándole aquella especie de pesadilla erótica en la que se había sumergido la noche anterior. Sus mejillas ardieron a la par.

— ¿Quieres que vayamos a algún lado? Te invito a comer.

Matthew mordió su labio para retener inútilmente la enorme sonrisa que quería adueñarse de su rostro.

— Claro.

Jiwoong ni siquiera se molestó en tratar de ocultar su sonrisa de satisfacción.

Se miraron por un instante, en una extraña burbuja de felicidad irracional, hasta que un sonoro y exagerado carraspeo les obligó a volver a la realidad.

— ¿Hola? ¿Mattchu? ¿No vas a presentarme a tu amigo?

Gyuvin miraba aquella escena con interés. Matthew parecía absorto en aquel chico, lo suficientemente ido como para olvidarse de su existencia.

— ¿Mattchu? —preguntó Jiwoong con una ceja alzada y una sonrisa burlona.

Las orejas de Matthew ascendieron varios grados de temperatura.

— Gyu, él es Kim Jiwoong. Jiwoong, él es Kim Gyuvin, mi mejor amigo —presentó Matthew, ignorando la diversión del chico.

Gyuvin escaneó de arriba a abajo a su nuevo conocido con descaro y, cuando estuvo conforme con su análisis, mostró su particular sonrisa.
— Un placer.

Jiwoong se limitó a asentir con la cabeza. Aquel chico había colocado despreocupadamente una mano en la cintura de Matthew, y se había ganado un lugar fijo en la lista de enemigos mortales de Kim Jiwoong.

— Entonces... ¿comerás con él?

Matthew miró al chico que le esperaba con una suave sonrisa y la mirada chispeante, no perdería el tiempo pensando.

— Sí, lo siento, tendrás que ir solo a casa.

Gyuvin sonrió enormemente.— ¡No hay probablemente! Le diré a Gun que me acompañe.

ALPHA'S OWNER ━━ mattwoong Where stories live. Discover now