3. Un mes complicado.

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Lydia Salvatore:

Los días pasaron, mis hermanos se marcharon con la promesa de enviarme mis grimorios restantes, y juraron encargarse de la situación de Silas, manteniendo en absoluto secreto el hecho de que estaba embarazada y en Nueva Orleans, mi nueva preocupación se hallaba en mi incapacidad para hacer magia, así que, en esa mañana, no había dudado en tomar mi teléfono para llamar a mi querido Pierre Roux, era parte del aquelarre de París, el más grande que había en Francia.

Durante mis seis meses en Francia, Pierre y yo habíamos construido una hermosa amistad, así que habíamos mantenido el contacto con el paso del tiempo, por lo que no hubo problema para mí contarle la noticia de mi embarazo y quien era el padre, así como la situación con mi magia.

- Cariño con lo lista que eres me sorprende que aún no lo hayas adivinado.

Su piel morena brillaba bajo los últimos rayos de sol del atardecer parisino, se encontraba en un parque en esos momentos, pues ya había terminado de trabajar y se había dirigido hacia allá por un café mientras hablaba conmigo.

- ¿Pues si es tan obvio por qué no empiezas a hablar? – inquirí con irritación.

- Es el bebé – dijo con una sonrisa obvia, arqueé mi ceja derecha sin entender, a lo que suspiró con cansancio – tienes en tu vientre no sólo a un bebé con sangre de vampiro, lobo y bruja, sino que será un primogénito Mikaelson y sabes lo que los primogénitos suelen ser muy poderosos, sumado el hecho de que ese bebé es de la realeza de las brujas, tiene sangre de una Suprema y sabes que luego de las Supremas, sus hijos solían ser los brujos más poderosos, básicamente tu cuerpo esta sobre cargado de magia, si quieres ser capaz de hacer algo de magia durante los primeros dos trimestres te recomiendo buscar algo en donde poner tu magia y usar la de tu bebé, será débil por un tiempo, pero podrás hacer magia sin desmayarte y abortar hasta el último semestre.

Mi boca se abrió con impresión al escuchar esto, ahora todo sentido, claro que el bebé tendría algo que ver con la inestabilidad de mi magia, a pesar de ser una suprema aún no había terminado el ritual, me faltaba una parte, la cual definitivamente no podría hacer estando embarazada ya que no podía asegurar que el bebé volvería conmigo en el proceso, era demasiada magia para mi cuerpo y hacer un hechizo tomaba demasiado de mi energía. Me despedí de mi querido Pierre con eso, prometiéndole otra videollamada mañana a la misma hora, pues quería saber como seguía y ayudarme en todo lo que pudiera.

Baje hacia la sala, encontrándome con una descalza Hayley en el camino, luego del incidente en el barrio Frances quedó claro que no era seguro para ella ni para mi estar ahí, por lo cual Klaus permitió que se quedará aquí, por eso y porque me hacia compañía, Rebekah, que aún estaba en la ciudad estaba discutiendo con Klaus cuando entramos y escuchábamos la respuesta de Klaus.

- Eran mi responsabilidad, atacaron a la indefensa chica que lleva a mi hijo, mi novia – escucho a Klaus decir.

- Me conmueve mucho tu nuevo sentido de la paternidad y el noviazgo hacia la bruja que lleva a tu hijo híbrido en su horno – contestó Rebekah burlona, la risa divertida de Klaus me hizo sonreír mientras entraba a la habitación con Hayley a mi lado.

- La bruja desea saber cuál es el plan – pronuncie mirándolos con preocupación, las palabras de Pierre seguían rondando mi cabeza y no me tenían muy tranquila.

- Bueno, eso depende de qué plan, preciosa – me dijo el híbrido sonriéndome – mi plan de dominación mundial o el plan de Rebekah de encontrar a amor en un mundo muy cruel.

Rebekah respondió a la broma de Klaus lanzándole un pincel que estaba en la mesita junto a ella, suspiré con cansancio y me dirigí hacia uno de los sillones cercanos para sentarme, realmente esto no me motivaba demasiado.

Relatos del Presente - Klaus MikaelsonWo Geschichten leben. Entdecke jetzt