Capítulo 2

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   -Ehemm... claro-dijo Sombra ante el comentario de la curandera. La realidad era que no quería vincularse con demasiados gatos... simplemente no le interesaba, y la verdad, era que tenía un poco de miedo. Sintió un gran dolor en el omóplato y chilló brevemente.

   -Oh.- maulló Pedregosa - tranquila. Acuéstate en tu lecho y descansa. Por hoy no camines mucho. Mañana deberás estar bastante mejor. Esa herida no es tan grave, pero para una cachorra como tu...- la miró unos segundos y le dijo - debo irme. Tengo que ver si esa pequeña tos de Cola mojada se transforma en algo más. No quiero problemas tan cerca del deshielo.- luego se giró - luego vendrá la lugarteniente ¿Sí? - le recordó antes de salir por el túnel.

   Sombra se quedo sola en el claro. No tenía mucho que hacer, y supuso que el sol ya estaría en lo más alto. Un rato después, oyó pasos en el túnel. Una gata blanca con rayas negras emergió de este. Tenía los ojos verde esmeralda, las patas negras, la punta de las orejas y de la cola negras, la nariz azabache.

   -Hola pequeña- la saludo la gata - ¿Cómo va tu herida? - le preguntó mientras se sentaba con la cola enroscada alrededor de las patas.

   - Hola - maulló Sombra, con pocas ganas de conocer gatos nuevos. - bien - respondió desconfiada. La lugarteniente dió un paso hacia ella, y Sombra se paró y desenvainó las garras en bufido furioso. 

      -Tranquila- pensó un segundo y dijo - bueno, no me presenté. Mi nombre es Garra negra ¿y tú cómo te llamas?- 

   -Sombra- la gatita seguía con las uñas fuera, mirando desafiante. 

   -Pedregosa me dijo que talvez deberías quedarte un tiempo, Sombra. Si estás en condiciones, mañana puedo darte un recorrido por el campamento. Tenemos otros tres cachorros aquí, y son de tu edad- maulló la gata de patas negras.

   -No sé si esté de humor. -siseó la gatita-el recorrido talvez, pero en cuanto a los cachorros no- envainó las garras- no quiero hablar con más gatos, y menos con otros cachorros-

   -Por supuesto- dijo la gata con voz dulce y comprensiva-no puedo obligarte a hablar con otros gatos. Pero te prometo que si puedes hablar conmigo- su mirada ablandó un poco a Sombra, que se acostó mirandola fijamente.

   -Perdona-maulló sombra- no estoy acostumbrada a estar con otros gatos- su mirada se tornó sombría-no desde...-se cortó allí, pues no quería compartir abiertamente sus sentimientos con una gata que acababa de conocer.

   - ¿No desde qué? - la miro un segundo y sus ojos se tornaron comprensivos- no quieres hablar de eso ¿no?- Sombra asintió con la cabeza y bajó la vista- a mí también me pasa - dijo Garra negra. A la cachorra le pareció notar un poco de tristeza en su mirada, pero fue solo un segundo. Luego esta se volvió a tornar serena y relajada. - Bueno, me voy. Debo ocuparme del resto de mis deberes - se despidió con un movimiento de la cola y salió por el túnel.

                                                       ●  ●  ●

   Sombra se despertó. Había pasado todo el día anterior en el claro, acostada en el lecho de musgo. Ayer Garra negra le había dicho que le mostraría el campamento, y quería eso, mas no le emocionaba ver a más gatos nuevos. Los pasos de Pedregosa saliendo de la gruta la sacaron de sus pensamientos. La gata gris venía hacia ella a un caminar lento y tranquilo.

   Cuando llegó a su lado se agazapó para ver y oler su herida en el omóplato -hola, vengo a ver como está esto- maulló - ¿te duele?- preguntó con su voz siempre serena.

   -No mucho- respondió Sombra- no creo que me duela si camino, pero no creo que deba esforzarla mucho-.

   Pedregosa asintió y dejo de oler la herida -perfecto. Entonces iré a buscar hierbas - luego de pronunciar aquellas palabras dió la vuelta y se despidió con un movimiento de la cola.

Días sombríos #1/ Lealtad / Los gatos guerrerosWhere stories live. Discover now