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Austin había pedido mi ayuda con una actividad llamada "estrella de la semana", en la que tendría que mostrar algo importante a la clase.

- Bear, ¿somos raros? -pregunto Austin- Un niño me llamo raro.

- Tú eres increíble- dije dándole un beso en la cabeza- Ese niño es una abeja, él es el raro.

Decidí no ir a la fiesta con Max y Ginny porque quería ayudarlo con su tarea, decidió mostrar las cartas que nuestro padre nos dio mientras estaba en la cárcel.

- ¿Después de eso podemos ver Harry Potter? -pregunto Austin emocionado.

- Claro que sí.

Escucho que la puerta se abre y veo a Max viniendo a nosotros.

- Hola chicos, ¿qué están haciendo? -pregunta Max mirando el trabajo de Austin.

- Soy la estrella de la semana.

- ¡Queda genial! -dijo Max sonriendo y va a la escalera yendo a llamar a Ginny- ¡Ginny! ¡Vamos! ¡Les dije a nuestras madres que vamos al cine!

Max se acerca a mí.

- ¿Realmente no vas, Blair?

- No, gracias.

- Está bien, cuídate rubia- dijo Max cuando Ginny bajo.

Las chicas se despiden de mí y de Austin. 

Nos quedamos callados mirando su trabajo.

- Bear ¿crees que nuestro padre nos odia? -pregunta Austin mirándome.

Esa pregunta me dejo callada, eso era un tema complicado.

- Por supuesto que no, Austin- dije y me arrodillo quedando a la altura de él- No nos odia, no tiene razón para odiarnos.

El chico está de acuerdo con la cabeza y se acerca a mí, abrazándome.

- Gracias, Bear.

Sonrío y escuchamos a alguien entrar en la casa.

Cuando miramos para ver quién era, era mamá, que había vuelto de la casa de los Baker.

...

Después de cenar, decidí volver a la habitación para finalmente descansar.

Pero escuche que tocaban mi ventana.

Marcus.

Me levanté y abrí la ventana, dejándolo pasar.

- Blair, traje la hierba- dijo levantando una bolsita.

Sonreí y fui a cerrar la puerta.

- Tenemos que estar cerca de la ventana- dije sentándome en el suelo- Intentemos que no llegue el olor a Austin.

Él se sentó conmigo y prendió un porro, dimos ambos unas caladas.

- ¿Como supiste del beso? -pregunto Marcus.

- Me lo dijo mi madre- conteste recargando mi cabeza en la ventana.

- Te juro que no fue nada, ella fue quien- empezó a explicar.

- ¿Por qué importa? -pregunte interrumpiéndolo.

- ¿Te he dicho que estoy loco por las rubias?

- Que original.

- Como tu nombre- dijo y levante mi cabeza confundida- Escuche a Max decir que cada uno de ustedes tienen el nombre de donde nacieron...

- Ve a el grano, Marcus- dije interrumpiéndolo.

Mastermind | Ginny and GeorgiaWhere stories live. Discover now