6

2.1K 112 2
                                    

Llegamos en la época navideña, pero el clima en casa no era nada agradable como debería ser.

Mi madre estaba sacudida porque Ginny hizo una poesía que la hizo sentir mal. Desde entonces, no se ha arreglado, ni ha comido bien.

Estaba sentada en el suelo reflexionando sobre todo hasta que Marcus se sentó a mi lado.

- ¡Oye, rubia! ¿Qué vas a hacer esta tarde? 

- Voy a intentar animar a mi madre, odio verla tan triste. ¿Y tú? 

- Estaba pensando en ir a tu habitación más tarde, pero parece que vas a estar ocupada.

- Te vas a quedar con tu familia, es Navidad- dije y él gira los ojos- ¿Qué tienes en contra?

- ¿El día de celebración del consumismo y el peso del dinero para la clase media y baja? Nada.

Seguimos hablando hasta que una voz conocida me llama la atención, cuando miro para ver quien es, me sorprende ver que era mi padre. 

Gil Timmins.

No creía que estuviera allí, no lo había visto en más de once años, no había cambiado nada incluso después de años en la cárcel.

- ¿Papá? -hablo todavía sin creer lo que veía frente a mí.

- Hola, niña- papá me sonríe y me levanto yendo a abrazarlo con fuerza.

- ¡Ay, Dios mío! ¡Eres tú mismo! -digo analizando la cara del mayor- ¿Qué estás haciendo aquí? Pensé que todavía estabas en la cárcel.

- He venido a ver a mis hijos en Navidad, ¿estás tan sorprendida? -mira a un lado y ve a Marcus a mi lado- ¿Es tu novio?

- No, es sólo un amigo- el chico extiende la mano a Gil que devuelve el gesto- Marcus, él es mi padre, Gil Timmins.

- Un placer, Sr. Timmins- dijo Marcus con una sonrisa débil en la cara.

- Por favor, llámame Gil- desvía la mirada hacia mí- ¿Tienes ganas de ponerte al día?

- Claro que sí- dije y luego miro a Marcus- Hasta luego, tonto.

El chico me saluda sonriendo y pronto se aleja de nosotros, miro a mi padre y salimos de la escuela yendo a Blue Farm.

...

Estábamos en Blue Farm, sentados uno frente al otro. Era extraño ver a mi padre después de once años, me imagino como debe haber quedado después de que mi madre y yo nos escapamos de él.

Georgia nunca me contó la razón exacta por la que nos escapamos de él, pero era consciente de que mi padre no era el hombre perfecto que decía ser.

- ¿Sabe mamá que estás aquí? -digo dando un sorbo en mi capuchino.

- No, y prefiero que siga así, ¿me prometes? 

- Sí, por supuesto- dije y lo veo sacar una caja del traje.

Le quito el lazo rojo que tenía en la caja y lo abro revelando que es un collar de oro con una flor brillante, era un collar muy bonito.

- Gracias papá, me encantó de verdad.

- Lo compré porque recuerdo que amas las flores, ¿lo acerté?

- Sí, desde siempre- dije mintiendo.

Las flores no son mi más grande gusto, pero fue un lindo detalle.

- ¿Por qué no quieres que se lo diga a mamá?

- ¿Por qué cuál es la regla número uno de los magos?

- Nunca reveles los secretos, por supuesto- dije y él suelta una risa débil- ¿Has venido a quedarte para siempre?

Mastermind | Ginny and GeorgiaOnde histórias criam vida. Descubra agora