Luego de otra semana tortuosa sin ninguna noticia de Samantha, Tomás se sentía enloquecer, cada vez que llamaba a su celular, se iba a correo inmediatamente, no tenía valor para presentarse en el hospital, ¿Y si había muerto? No, no debía pensar lo peor, Karem había prometido que lo llamaría si encontraban al culpable, si despertaba o si ocurría algo peor. Tomás pasaba sus días pensando en ella, reviviendo sus conversaciones, tratando de sentir sus energías, su chica no podía desaparecer, Tomás sabía muy bien que podría morir de pena moral si la chica de la cual se había enamorado fallecía.
Su hermano se preocupaba por el tema, temía que volviera a recaer en un cuadro de depresión, si ella moría, Tomás no lo soportaría sabía que la quería bastante y le afectaba bastante lo que andaba ocurriendo.
-Bro, ¿No has sabido nada de ella?
- Nada hermano, sabes que me da miedo ir a visitarla.- El tono de voz Tomás se denotaba cada vez lo afligido que se sentía.
-Pero mira cómo te tiene, mírate la cara, estas lleno de ojeras, al menos deja de llorar, ella no va a despertar si sigues llorando...Vas a terminar como la última vez- Con aquel comentario, Tomás explotó, no soportaba que le hablaran de su pasada depresión.
-¡¡Deja de hablarme así!! Si lloro es porque la extraño, porque esa nena me entendía, me entendía más de lo que tú o esta familia ha podido hacerlo- y con lágrimas en los ojos salió de su hogar.
Caminó sin rumbo por su ciudad, por su mente solo pasaban las palabras de aliento que le decía su chica cada vez que lo notaba bajo de ánimo, el concepto que crearon para ambos, ambos eran guerreros en una guerra constante con sus realidades, Tomás sabía muy bien que Samantha no había tenido ningún problema en su pasado, siempre había sido feliz, todo lo contrario a él, pero aún así Samantha se adentró en su mundo, se llenó de información para poder entenderlo y lo había hecho de la mejor manera, no había otra chica que lo entendiera tan bien como ella, en un momento Tomás se llenó de dudas, le parecía muy extraño que una chica totalmente extrovertida, deseable e inteligente se fijara en él , no tenía un porque claro, le gustaba más no pensar en esas razones, disfrutar de sus charlas y de los momentos agradables que le proporcionaba, esos momentos en los que se sentía realmente querido y apreciado por una chica.
Luego de 20 minutos de estar caminando llegó a una calle que reconocía, muy cerca estaba el hospital donde se hallaba interna Samantha, miró su reloj, aún estaban en hora de visitas ¿Podría hacerlo? La vez que la visitó estaba en compañía de Karem, así que no había puesto mucha atención a la entrada, ni siquiera sabía que numero era la habitación, tuvo miedo de lo que pudiera pasar, dio media vuelta y regresó a su casa por el mismo camino. Esta vez con sus audífonos a todo volumen y la mejor canción de su banda favorita, se sumió en su mundo, como un ser invisible, con su mirada puesta en el suelo, culpándose a sí mismo por su nivel de timidez, por no poder estar con su chica. La música dejo de sonar y su celular comenzó a vibrar.
"Llamada entrante: Lucas"
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Antes de que mueras.
Teen FictionEra la tercera tarde sin hablar con ella, no había estado activa en la red social durante tres días, la última vez que la vio fue en la noche del sábado.