Un paso atrás

92 11 0
                                    

Aún así, mientras tú existas    
Traes ilusión a mi interior    
Aún sin palabras entre nosotros
Un anhelo en silencio perdura

Así mi corazón late   
Con temorosa esperanza     
De que alcance al fin    
A consolarte con una sonrisa
         

           ═══════════════════

Desde el momento en que nació, Atsushi estuvo rodeado de soledad y abandono. Sus padres biológicos, cuya memoria ya se había difuminado en su joven mente, lo habían arrojado a las frías paredes de un orfanato casi sin mirar atrás.   

El enorme edificio de hormigón gris, con sus ventanas pequeñas y persianas bajas, parecía reflejar el alma apagada de los niños que crecían dentro de sus muros. Los escasos cuidadores cumplían su trabajo de forma mecánica, viendo a los niños como un trabajo y una carga, no como seres humanos en necesidad de cariño y comprensión. Los pequeños moradores, instintivamente temerosos del altivo niño mayor, evitaban su mirada y apenas le dirigían la palabra.

Atsushi pasaba sus días en un estado entumecido, recorriendo los corredores monótonos, escuchando las voces apagadas de los demás niños que surgían y desaparecían. Sólo podía escapar de esa realidad gris cuando evadía la vigilancia por breves instantes y corría a las calles, sintiendo el viento en su rostro y observando el vivo mundo del otro lado de las paredes del orfanato.

◆═════════●💔●═════════◆

◆═════════●💔●═════════◆

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

◆═════════●💔●═════════◆

Un día, mientras el pequeño albino escapaba brevemente de la gris realidad del orfanato, divisó a lo lejos a un pequeño niño que parecía perdido y buscaba desorientado a sus padres entre la multitud.  

Aunque él mismo había sufrido mucho abandono, no pudo evitar que su corazón se conmoviera ante la inocente mirada casi suplicante del pequeño. Se acercó lentamente y con amabilidad le ofreció ayudarlo a encontrar a su familia.  

El niño, Ranpo, le regaló una cálida sonrisa y le ofreció algunos de los dulces que llevaba, en señal de agradecimiento. Poco después, una curiosa pero tímida niña de su edad, Yosano, se unió a ellos.   

De pronto, un alto pero amable desconocido que había estado buscando al primer niño apareció.  Al ver el aspecto desvalido de Atsushi, insistió en que los tres fueran adoptados por él.  

Sin más preámbulos, el hombre - Fukuzawa Yukichi - declaró que los acogería bajo su protección. Aunque serio y reservado, irradiaba genuina bondad y deseo de ayudar,  inspirado por el corazón compasivo del pequeño Ranpo.  

Déjame sanar tú corazón Where stories live. Discover now