La Caída 4

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*Anna POV*

Al llegar esa noche, dejé mis pertenencias en la entrada y lo primero que hice fue sacarme los zapatos. En un movimiento de molestia, terminé aventándolos al otro lado de la habitación.

Mañana me compraría unos nuevos, obvio que lo haría.

Nunca antes me había sentido discriminada por mi posición económica o social y a pesar de que trabajar en un lugar donde la mayoría de las personas suelen sentirse superiores y hacértelo saber, nunca antes le había prestado atención. Eran comunes las miradas desagradables o los comentarios poco éticos e incluso las risillas en un mal día donde no podías costearte masajes que costaban miles o tratamientos faciales que tranquilamente podrían salir lo que vale mi riñón. Y no me sentía inferior porque a pesar de todo, me gustaba saber que lo que tengo, aunque sea poco, me lo ganaba yo y era mío.

Por lo que tampoco comprendía porque me había molestado tanto aquel comentario.

Observé los tacones tirados en un rincón. Su pintura ya estaba saltada en algunos lugares, un par de motas de polvo cubrían la parte delantera y a pesar de las miles de veces que intente limpiarlos, no conseguía que se vean como antes. Pero habían sido la adquisición que compré con mi primer salario y recordar ese día hace ya año y medio siempre me traía alegría, me quedaban algo ajustados ahora, pero habían pasado demasiadas cosas y esos zapatos me habían acompañado en cada una de ellas.

Estaba disparatando sobre la idea de sentirme mal por un objeto inanimado, me estaba aferrando a algo sin sentido y a un par de palabras de una persona que ni siquiera conocía. Simplemente los cambiaría y ya.

***

-¿Que piensa de estos? - Me preguntó el señor, aparentaba mas de 60 años pero su voz dulce me gustaba y su sonrisa me hacía sentir cómoda.

-Si, son parecidos y parecen buenos - Le contesté, mientras dejaba la caja abierta donde un par de tacones negros reposaba - Gracias.

Una pareja joven entró al local e inmediatamente el dependiente los atendió. Mientras tanto posé frente al espejo y caminé sobre los zapatos para ver si estaban lo suficientemente blandos para estrenarlos hoy. Me hacían mas estilizada que los anteriores y me daban un aspecto mas pulcro y refinado, pero estaban un pelín mas arriba de mi presupuesto.

~¿No deberías de cambiar esos zapatos? No se porque los usas.

Aunque no quería, seguía volviendo a ese recuerdo. ¿De verdad algo tan material requería tanta atención, o podía llegar a hacerte ver diferente?

-Me llevare ambos - Divagando escuche a la chica que había entrado con su pareja y me comparé físicamente con ella.

La muchacha llevaba un vestido rosado con flores bien delicadas, tenia un maquillaje sutil y el pelo un poco mas abajo de los hombros que caía en ondas brillantes. La luz hizo que saltaran destellos de su collar plateado y de sus aros perfectamente combinados. Un poco de envidia creció en mi interior, hace algún tiempo o cuando era mucho mas joven había tenido el ideal de ser así algún día. Su sonrisa reflejaba pura felicidad que era acompañado por un gesto tierno de sus ojos, miró al muchacho de traje a su lado y este le sonrió en aprobación mientras le daba un pequeño beso en la frente. Imaginarme de aquella manera solo ayudó a sentirme un poco peor.

Me miré en el espejo una última vez, admirando lo bonitas que se veían mis piernas y el brillo del material de los tacones. Solo una vez, podía hacer esto por mí, solo una vez.

-Señor, me llevo estos.

La caída de una estrellaTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon