Capítulo- I

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La noche caía sobre la bulliciosa ciudad, mientras Lee Chaerin, con su característica cazadora de cuero y sus tejanos grises, patrullaba las calles con una determinación inquebrantable. Sus ojos oscuros reflejaban una mezcla de firmeza y una profunda tristeza que solo aquellos que habían experimentado el sufrimiento más profundo podían comprender.

Chaerin había crecido en un hogar marcado por la violencia y el maltrato. Desde una edad temprana, había sido víctima de los peores abusos físicos y emocionales que cualquier ser humano pueda imaginar, y por parte de su propio padre. Cada golpe dejaba una cicatriz invisible que se extendía hasta su alma, pero ella se negaba a dejarse consumir por el pasado oscuro.

Años después, Chaerin se había convertido en una oficial de policía dedicada, comprometida en proteger a los demás y asegurarse de que nadie sufriera lo que ella había soportado. Pero, a pesar de su coraje y su fachada imperturbable, todavía luchaba por encontrar algo de paz interior y superar las heridas que se habían dejado en su corazón.

En medio de una de sus muchas batalla mentales, Chaerin recibió una llamada por radio.

—Aquí agente Miller, hemos recibido un aviso de una vecina de la calle 13 diciendo que ha oído gritos y golpes en la casa de al lado, dice no ser la primera vez que oye algo parecido pero que esta vez ha visto salir a un hombre de la casa con manchas de sangre. Casa 17, ¿Está cerca teniente Lee? cambio.

Chaerin cogió el walkie sin perder un segundo.

—Afirmativo, en cinco minutos estoy allí, corto.

Sin perder tiempo, encendió las luces junto a la sirena del coche y se dirigió rápidamente hacia el lugar, sin saber si estaba preparada para enfrentar la cruda realidad que se escondía tras esas puertas.

Al llegar al edificio, Chaerin pudo escuchar los gritos de una mujer, característicos de un enfrentamiento. Sin dudarlo, se apresuró hacia la puerta del apartamento y la derribó con fuerza de una patada, ingresando en la caótica escena que se desplegaba ante sus ojos, con su pistola preparada.

El interior del apartamento estaba sumido en un caos desgarrador. Las luces estaban apagadas, los muebles destrozados, cristales rotos cubrían el suelo y en medio del caos, Chaerin vio a una mujer temblando en una esquina, totalmente magullada, cubriéndose el rostro con los brazos. Era una imagen que le resultaba dolorosamente familiar.

—Señora, soy la teniente Lee, ¿Se encuentra bien?

Dijo sin perder tiempo, mientras se acercaba a la mujer, pero no recibía respuesta, solo un llanto desgarrado.

Revisó la casa lo más deprisa posible y cuando confirmó que el hombre había escapado, volvió con la mujer, tratando de calmarla.

—Ey, míreme, ahora puede estar tranquila, ahora todo va a estar bien porque yo estoy aquí, no voy a permitir que le vuelva a pasar nada.

La mujer, cuyos ojos estaban llenos de miedo y dolor, levantó la mirada hacia Chaerin.

—Gracias.— susurró en agradecimiento, de manera apenas audible.

—Bien, ¿cómo se llama?— pregunto, agachándose a su altura.

—Clara...— dijo entre sollozos.

—Bien Clara, ¿Puede decirme el nombre del hombre que la atacó?— preguntó calmada.

Clara volvió a llorar más fuerte y comenzó a negar.

—¿Y describirme la apariencia del hombre que la atacó?

Clara volvió a negar encogiéndose en el rincón.

Entre las sombras y el pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora