los últimos {Trollimba}

2~ Help

Pasaron apenas dos días de ser técnicamente liberados en esa área, en la que aunque no lo sabían era un centro de observación de gran tamaño.

El azabache se había quedado en el punto dónde despertó, mientras que perdió el rastro de su contrario de cabellos azules, el cual se mostró muy poco interesado en lo que le pudiera pasar al chico.

Había estado revisando alrededor para encontrar alimento y para su desfortunio, no encontró nada y aunque lo hubiera encontrado él no sabía cómo alimentarse por sí solo, ni cazar debido a que había crecido encerrado y domesticado.

Entre tantas vueltas en el sitio, volvió a encontrar al chico alfa, el cual se alimentaba salvajemente en su forma de tigre de lo que era un antílope recién asesinado por si mismo.

El de cabellos carbón observó aterrorizado la escena, y al recibir de vuelta la mirada de su contrario no hizo más que sentarse en el suelo aterrorizado, analizando la escena y esperando que el chico aún lo recordará para no hacerle daño.

El tigre tomó forma humana y suspiro pesadamente mientras se limpiaba los excesos de sangre de la boca con la manga de su camisa.

—“Qué esperas”, ven a comer.

—¿Qué?... —; Habló el azabache sorprendido ante las palabras, tomando en cuenta que hace un tiempo lo abandono sin problemas a su propia cuenta.

—Que comas, no te haré nada.

Observó detenidamente al animal muerto, se acercó a gatas y al olfatear el aroma de la sangre y del mismo animal muerto no pudo evitar sentirse mareado, no estaba acostumbrado a eso.

—Ehm... ¿No tendrás algo distinto?.

—“Limosnero y con garrote” —; Se quejó el de cabellos azules con un evidente fastidio. —Si eres así de caprichoso no sobrevivirás aquí.

—Yo ni siquiera quería venir aquí... Es incómodo, hace frío, hay demasiados insectos y mis garras se están empezando a gastar.

—Aaay lo que faltaba, escucha niño, o te esfuerzas por resistir hasta que tus dueños vengan a recogerte o te sigues quejando y te dejas recibir por la muerte.

—Pero... Bien... ¿Cómo se come esto?.

—¿Qué?, pues mordiendo y masticando, es la pregunta más ridícula que he escuchado en la vida.

La pantera solo suspiro nervioso y tomó un trozo de la carne y se lo metió a la boca nervioso, poco a poco comenzó a masticar, el sabor era igual a la carne que le brindaban en su antiguo hogar, empezando a comer y devorar cada vez más desesperado.

El tigre solo lo observaba con tranquilidad, sintiendo algo de compasión por el joven, estaba consciente de que seguramente pasó sin comer por días.

Olvidó el aroma de esta, lo que antes lo mareo fue lo que aumentó su hambre en aquel momento.

Sin darse cuenta, se había alimentado de la mitad del animal y estaba más que cubierto con la sangre de este. Volteó a ver al que le ofreció la comida, se notaba alerta y observando atentamente alrededor.

—¿Todo en orden?...

—Si... Ya limpiate.

—Limpiarme... ¿hablas de ducharme?, Aquí no hay agua para eso.

—Con la lengua, idiota.

—¡¿Perdón?!.

—Solo hazte una pequeña limpia con la lengua, luego buscamos un río, si sienten el aroma de la sangre algo va a atacarte y obviamente no puedes defenderte por tu cuenta.

—No voy a lamerme la cara... Un momento, ni siquiera llegó a lamerme la cara.

El peli-azul ya cansado del niño consentido se acercó al rostro de este, lamiendo suavemente sobre su mejilla y pasando su lengua por sobre los labios de este.

Un enorme sonrojo se mostró en el rostro del omega, el cuál rápidamente lo empujó y se cubrió el rostro.

—¿Ahora que te pasa, niño?.

—¿A ti q-qué te pa-sa?.

—¿Eh?.

—No te me estés insinuando, no soy tan fácil como parece.

—¿Qué?.

—Lo comprendo, somos los últimos y más compatibles aunque ni siquiera somos de la misma especie y puede que tu desees salvar a nuestra especie, pero... Yo no estoy listo y no me gusta la idea de estar obligado.

—... Si te hizo estragos comer algo que no estás acostumbrado, no entiendo ni una palabra de lo que dices.

En ese momento el chico se hizo consciente de lo desinformado que estaba el tigre al respecto, no sabía sobre la situación y la razón por la que los reunieron, simplemente lo que hizo fue por ayudar a que no lo encontrarán o atacaran, ni siquiera estaba intentando acercarse al chico.

—Bien, has lo que quieras, intente ayudarte y aparentemente ya te crees independiente, suerte niño —; Dicho esto tomo su forma animal y empezó a alejarse de allí, se notaba su molestia.

—¡No! ¡No! ¡Espera! —; Gritó nervioso y empezó a perseguir al chico, el cual estaba bastante alejado.

Cuando finalmente lo alcanzó, notó que ya había tomado forma humana y se encontraba en el mencionado río, había corrido más de lo que creía, ya que ese río estaba bastante alejado.

Su contrario se lavaba el rostro tranquilamente, se notaba como lo ignoraba discretamente.

—Oye... Perdón, no quería que pensarás eso... Necesito tu ayuda.

—Me alegra que lo aceptes... Te ayudaré hasta que te adaptes, no tenemos idea hasta cuando regresarás a tu hogar o de si de verdad vendrán por ti.

—Gracias, prometo obedecer a lo que me digas.

—Bien, primero quiero que te limpies, si vas manchado con esa sangre morirás está noche por las hienas o por los insectos.

—S-si... Ya mismo me limpio.