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Gray
(8:12pm)

>>¿Así se vé el comienzo del fin?<<pensé en lo que veía esa habitación espaciosa, con poca iluminación y millones de luces de fiestas, de todas los colores inimaginables, iluminando de un lugar a otro. Haciendo patrones, haciendo formas en las paredes y gradas a los lados de la cancha, que ahora era pista de baile.

Ya habían un montón de personas reunidas allí, bailando en el centro de la cancha o charlando sentados en las gradas o en las mesas con ponche y comida sabrosa.

Detrás de nosotros pude ver entrar a Dorothy Milwooth que inmediatamente fue rodeada de un montón de personas, lleva un hermoso vestido de una sola pieza con montones de escamas de colores, se reflejan con un hermoso arcoiris que ilumina el lugar. Es como si tuviera la bandera gay en su vestido, pero más asombroso. Todos voltean a verla, aún cuando casi todos la odian en este momento no pueden negar que es una celebridad.

Aún así.

La música, las personas, la iluminación, mi hermosa pareja de baile a mi lado, sus hermosos labios pintados de rojo intenso, mi alimento, los Mentoxics en mi bolsillo.

Estoy comenzando a marearme.

—Esto es increíble... —soltó Molly. Sonriente. Feliz y orgullosa —No puedo creer que entre todos organizamos este baile —Entonces volteó a verme, me miró, feliz y sonriente. Sus ojos verdes parecían brillar en la oscuridad.

Tragué saliva —Ah.. B-Bueno..... —ella seguía mirándome. Fijamente. Sonriente —Eh.. ¿Quieres que te traiga ponche?

Tenía que ponerme nervioso. Malditasea.

Ella no cambió mucho su expresión.

—Me gustaría probar un poco del ponche —dijo. Entonces me puse en marcha.

—T-Tu quédate aquí, volveré enseguida —comencé a correr a la mesa cerca de las gradas. Mientras me maldecia por ser tan bobo.

Era una larga mesa con un mantel blanco, estaba llena de dulces, sándwiches de mucha mantequilla de maní, ponche que debía de ser rojo, y que por alguna razón era de un vinotinto muy oscuro, como sangre pero más oscura.

Me sitúe frente al ponche y comencé a llenar dos vasos con mis manos temblorosas.

Ésta noche era la noche, la noche decisiva, debía darle un beso antes de la media noche, pero tendría que decirle la razón por la cual no puedo hablar, aunque ella de seguro ya la sabe.

Pero nada de eso importa, debo dejar de pensar tanto las cosas, solo debo ir, decirle la verdad y luego besarla.

Debo besarla, voy a besarla.

—Voy a besarla.. —susurré para mi mismo.

—¿A quien vas a besar?

Me paralicé al oír esa voz femenina, una voz familiar.

Con los ojos muy abiertos volteé la cara para ver a la persona a mi lado.

Allí estaba ella, con unos jeans grises ajustados y una camiseta blanca. Sencilla y hermosa.

Aunque completamente loca.

—Dime Jehová... ¿a quien vas a besar? —Olín me miró maliciosa y sonriente. Como una pequeña demonio —¿Acaso me vas a besar a mi? —se apuntó a ella misma con actitud inocente.

—Claro que no... —dije.

—¿¡Ahora puedes hablarme sin estár borracho!? —exclamó sorprendida —¡haz progresado muchísimo! —entonces me abrazó por detrás. Rodeando mi estómago con sus brazos. Yo no podía hacer mucho tenia vasos de ponche en mis manos —felicidades.. —me susurró al oído. Sentí un escalofrío por todo el cuerpo.

La Chica De Mi Trauma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora