Into the woods

20 1 0
                                    

Esa mañana seguí mi rutina de todos los días; me levanté, arreglé con una camiseta básica, unas mallas deportivas, una sudadera cómoda, y mis converse favoritas. Me recojo mi pelo castaño en una bonita cola de caballo y sin maquillarme, porque me gusta lo natural, tomo un desayuno rápido para salir por la puerta, no sin antes haber cogido un bolso de mano con lo justo y necesario.

 Era un día soleado y sin nubes; el clima perfecto para los amantes de la primavera como yo. Camino por los parques de la ciudad despejados de niños correteando o jugando entre ellos, eran pequeños espacios de paz a esa hora de la mañana. Por las calles no había mucha gente yendo de un lado a otro con prisas, era más bien una mañana tranquila como otra cualquiera.

En un momento dado de mi caminata me desvío hacia la carretera, en la que, al otro lado había un camino de piedra que seguí adentrándome en la maleza. Rodeada de árboles, arbustos y otro tipo de plantas, continuo mi paseo matutino observando las maravillas de la naturaleza...

Suena el piar de los pájaros como una melodía para mis oídos mientras me adentro más y más en el bosque habitado de animalillos, hasta que llego a un claro donde no está tan poblado de árboles y escucho el agua correr en forma de cascada que, por las rocas y piedras modifican el terreno caudaloso del río.

El ambiente es sobrecogedor... El bosque alza sus árboles frondosos y en flor, hacia la cúpula celeste que brilla, por el magnífico astro que tenemos; como es el sol... Los pájaros pian a mi alrededor como una suave melodía que escucho y es agradable a mis oídos, lo que, hace que mis pies caminen por la verde y fina hierba que me lleva por senderos inexplorados...

Mis pasos me llevan hacia una cabaña donde me resguardo al calor del hogar. Hay una chimenea que no está encendida, y por ello, salgo de nuevo a buscar leña para calentar la casa. Al volver, prendo fuego a la leña y, me dirijo a la cocina para prepararme un café, una vez está hecho y calentito, vuelvo a la sala donde se oye el crepitar del fuego y me siento en un sofá preparado con mantas y un libro en la mesa de al lado. Me tapo con una de ellas y me dispongo a leer ese libro escogido con la taza de café entre mis manos. 

Cosas que pasan en la vida y sobre mí TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora