Sexually Communicated

quincuagésimo sexto *

-Podría ir contigo.

-Bebé, ya te lo he explicado...

Harry se encontraba tirado en la cama de Louis con un ligero brillo en sus ojos, se notaba la angustia y la tristeza en los mismos, mientras lo observaba terminar de juntar todas sus cosas de ese insignificante departamento. Se levantó cojeando para poder llegar al lado del oji-azul, mirando como colocaba la última camisa en aquella maleta oscura que se encontraba en el suelo.

-¿Y que harás con los muebles? -cuestionó el rizado.

-Seguramente me los llevaré también, es decir -Louis se quedó pensando, mirando a la nada misma-, no tendré nada en Mullingar -le miró a los ojos-. Solamente me tendré a mi mismo.

-Seguiremos en contacto, ¿verdad?

Louis suspiró.

-¿Sabes que te quiero, verdad Hazz?

-Yo también te quiero, Louis, pero no se si pueda...

-Lo hemos hablado.

-¡Es difícil, dios santo! -se alejó de su lado para volver a sentarse en la cama-. Me pides que me quede tranquilo con tu partida, que supuestamente estarás bien y que me sabré manejar con los muchachos. Yo quiero estar tranquilo, Louis. Quiero estar tranquilo contigo. No quiero más problemas, solamente quiero que ambos podamos vivir una estúpida vida normal -rió amargado ante su último comentario-, "estúpida vida normal" pero que cliché.

Louis se acercó a él, agachándose frente a Harry, tomándolo de las manos.

-Volveré -llevó su mano derecha a la mejilla del oji-verde, acariciándola-, no se cuando, pero volveré.

-¿Lo prometes?

-Lo prometo.