secret secret. - minsung

7

Ya daban las 6:30 y Jisung todavía no se levantaba de la cama.

Se había quedado despierto hasta tarde la noche anterior, haciendo una hermosa manualidad a Minho. Su príncipe encantador.

Pero ahora le estaba costando, y es que estaba cansadísimo.

No se levanto hasta que su madre fue a despertarlo casi que jalándolo de las orejas, se metió a bañar y salió en 5 minutos para cambiarse y alistarse rápidamente.

En el autobús se sentía bastante incómodo recordando que no se había aplicado maquillaje ni rociado suficiente perfume. Pero venia cuidando con su alma la cajita decorada que le había hecho a su Min.

Esperaba que le alcanzara el tiempo para dejar el detalle y subir a su salón sin ser visto.

Cuando llego, se dirigió rápidamente adentro de la preparatoria, afortunadamente ya no había nadie paseando por los pasillos así que dejo rápidamente el detalle en el casillero de su amado.

Pero en ese momento se encontró con una nota pegada hasta el fondo.

Solo por curiosidad, la despegó para poder leerla con más claridad...

La carta decía :

Para mi querido J.one.

Quiero decirte que he estado pensando mucho en ti últimamente. O más bien en tus palabras y detalles.
Conocí a un chico de la escuela recientemente, por si me viste con el, te confieso que me sentí culpable, y como un traidor cuando tan solo paso por mi mente besar sus labios. De cierta forma, me recordó a ti su delicadeza de hablar y de expresarse, e imaginé que eras tú a quien tenía a mi lado.
Se que no nos conocemos personalmente, pero tienes que saber que he desarrollado sentimientos por ti, por tus atenciones, y me muero por llegar al día en el que nos conozcamos, y podamos hablar frente a frente. Eres al único que amo, y te esperare sin importar lo que digan mis amigos. Te prometo dar lo mejor de mi para darte la confianza y que te acerques. Por favor no desaparezcas por mucho tiempo, ya sea una carta, o un dulce, si aún no estás listo para mostrarte, al menos hazme saber que aún me amas como yo estoy llegando a hacer.

Cuando terminó de leer dicha carta, Jisung no pudo evitar quedar sorprendido ante tantas palabras por parte del pelinegro.

Sí, se lo estaba diciendo a él, pero por alguna razón se sentía como si fuese para otra persona. Jisung ya se estaba dando cuenta que manejar dos personalidades al mismo tiempo le estaba costando mucho y que podría dañarlo demasiado.

Las palabras hacían eco en su cabeza, Minho decía no amarlo, pero sí amar al chico que le hacía cartas quien se trataba de él mismo también, entonces, ¿qué debería hacer?

¿No se habían significado nada para él tantos coqueteos y sonrisas?

Se había metido en algo grande, y ahora sentía más miedo de que Minho supiera que el era su admirador secreto.

~

Más tarde en la cafetería, el menor intento acercarse a Minho para almorzar juntos.

Lo busco por un rato hasta que lo encontró sentado en unas bancas junto a sus latosos amigos, así que se acercó inmediatamente, un poco avergonzado.

— H-hola Minho, hola chicos

— Hola — Le contestó amablemente el lindo pecoso.

El pelinegro le dedicó una mirada rápida y se volteó como si no le importase su presencia. Jisung lo noto, y se sintió mal al instante.

— U-um...¿puedo sentarme?

— Sí, adelante — Le respondió el mismo que antes.

El rubio tomó asiento junto a Minho, quien se veía tan serio que le daba miedo, pero aun así estaba dispuesto a hablar con el.

— Minho hyung, ¿ya comiste? — Le dirigió la palabra.

— Sí, yo ya comí. Provecho.

— Gracias...

Los dos amigos notaron esta lejanía y seriedad entre ambos, tratando de entender el por qué. Minho estaba muy bien antes de que el menor llegase.

— ¿Todo bien, Lee?

— Sí, todo Perfecto, Hwang

Después de eso, los que faltaban comieron en total silencio, mientras el pelinegro luchaba por no voltear a su lado. Sabía que si miraba un segundo más esos preciosos ojitos redondos caería nuevamente en sus encantos. Le tenía que ser fiel al ser misterioso detrás de las cartas y detalles que le mandaba, si no se sentiría culpable.

Pero era inevitable, Jisung era tan lindo, cuando comía incluso sus mejillas se inflaban, exactamente como una ardilla.

Debía de luchar en contra de eso, así que ignoró durante todo el receso su existencia. El solo tenía ojos para j.one.

Era un iluso enamorado.