Prólogo: Rise

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Sekai es un mundo simple: humanos con poderes de elementos, 13 en concreto, mitos de Dioses y demonios, seres provenientes de un lugar llamado Infierno. Con cuernos, garras, formas diversas, y de todos tamaños. La humanidad se ha enfrentado a esta raza durante siglos sin una razón muy concreta. Obviamente los Demonios atacan a la humanidad, pero las razones nunca fueron claras, ni por qué empezó todo. Fuera como fuese, el mundo es un caos.

Quizás por eso era algo natural que existiera gente que quisiera protegerlo, más allá de creencias religiosas o del gobierno. Un lugar donde todo aquel que necesitase ayuda, podría buscarla. Un lugar donde los incomprendidos y aquellos que no tenían lugar se unieran.

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En la oscuridad de la noche de Sekai, una enorme demonio de apariencia de lobo, color negro y ojos completamente rojos avanzaba por un bosque lleno de nieve. Olfateaba el aire, buscando a algo o a alguien. Desde una de las ramas cercanas al ser, salieron disparadas varias piedras pequeñas, golpeando levemente la fuerte coraza de piel del demonio. El ser sé giró rápidamente, y soltó un rugido que hizo temblar el lugar.

— ¡Mierda, mierda! - dijo una voz femenina entre las ramas.

Lúa empezó a escalar por el árbol, mientras el demonio intentaba alcanzarla con sus garras y fauces. Miró al demonio con sus ojos amarillentos, que contrastaban con su piel blanca y pelo en coletas negro. Esta le alzó el dedo medio en respuesta al rugido. Acto seguido, un haz de luz alcanzó al ser, cegándolo y sacándole un rugido de dolor.

Una segunda chica, Lea, se asomó de entre los matorrales. Tenía la piel blanca y pelo rubio liso con el flequillo a los lados, el cual contrastaba con el pelo negro de su compañera, pero sus ojos también eran amarillos, aunque más claros. Alzó un báculo blanco y liso, con una esfera morada en la parte alta, brillando intensamente. El demonio salvaje retrocedió, y dos figuras corrieron hacia él.

Un chico y una chica muy parecidos y de la misma edad, de ojos y pelo negro desordenado, se abalanzaron hacia el demonio. El chico cayó sobre la cabeza, asestándole un puñetazo recubierto de un aura oscura. La chica aprovechó que caía la cabeza para golpearle con su hacha roja y negra, dándole un hachazo horizontal y empujándolo del impacto. Unas rocas puntiagudas salieron de la tierra, clavándose en el cráneo de la bestia, rozando por poco al chico.

El chico, Kuro, de piel blanca y pelo corto, llevaba una ropa más o menos cómoda, todo en tonos de negro, siendo una chaqueta abierta, camiseta y pantalones anchos de un tono menos oscuro y botas negras. Su hermana, Middi, con el pelo largo y liso, llevaba ropa de los mismos tonos, pero llevaba camiseta negra, chaqueta negra colgando de sus caderas y pantalones grises largos y descosidos, con botas militares negras.

Miraron el cadáver cansados, mientras Lea se acercaba a los dos, dejando ver su jersey básico color malva, una falda plisada morada a juego con varios soles amarillos dibujados, y zapatos blancos con tiras moradas, ahora casi marrones. Se apoyaba en su báculo, agotada de la caminata.

— Decidme que es el último de la zona, por favor. - dijo Lúa, bajando del árbol, siendo ayudada por ramas que se movían a su voluntad.

La luz de la esfera dejó ver su pelo recogido en dos coletas, su tez blanca y la cicatriz en su mejilla derecha. Se sacudió la ropa de restos de hojas y otros bichos, limpiando su gabardina negra con formas extrañas de colores, camisa gris, pantalones negros y botas robustas negras.

— Creo que sí, - Kuro luchaba por coger aire. Llevaban ya varias horas patrullando, y ya les estaban pesando. - le pregunto a Kage.

— ¿No es como super raro que haya tantos? Qué no me quejo, pero jamás había visto tantos en torno a Rise. - dijo otra voz femenina, la cual avanzó desde un pequeño camino en mitad del bosque.

1. La Noche del Demonio: Dioses y PecadosWhere stories live. Discover now