9.Una de cal y otra de arena

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Pedri

Habían pasado unos cuantos días desde que pasó todo lo de Pablo, la mañana siguiente no fui al entrenamiento ya que le había avisado a Luis Enrique y este le había dicho que si quería podía saltarme el entrenamiento de por la tarde también.

Así que eso hice, por la mañana me desperté más tarde de lo debido y por ello no me encontré a nadie de la selección en el comedor cuando bajé a desayunar, mejor, odiaba que me preguntaran cosas.

Por la mañana no hice nada, solo me lamente una vez más, lloré por él, una vez más y vi películas para llorar, una vez más.

Para la comida le pedí el favor a Ferrán para que me la subiera.

–¿Qué tal sigues tío? –preguntó Ferran cuando abrí la puerta.

–No se, te mentiría si digo que mejor pero es que... –solo de pensar en lo pasado y en mi lamentable mañana ya se me humedecen los ojos.

–Eh, eh, tranquilo–dijo mientras dejaba la bandeja de comida en la mesilla de la habitación y se sentaba a mi lado en la cama–Se que es difícil, pero lo superaras y encontraras a alguien por el que no tengas que sufrir.

Después de su pequeña charla para animar se fue por que el si que tenía que comer con el equipo obligatoriamente.

Durante la comida estuve pensando en lo que me dijo Ferran, además de ver Titanic y llorar por última vez en el día, ya que había decidido dejar de ser miserable, o aunque sea de parecerlo.

Cuando termine de comer me puse el chándal y aproveche que los chicos estaban entrenando para bajar al gimnasio para relajarse un poco.

Supe que mi mayor problema no era el equipo cuando entré al gimnasio y vi que había gente del staff ahí, entre ellos estaba Dani.

Intenté no mirarle directamente para no llamar su atención, pero no era fácil ya que nunca solíamos compartir espacios con el staff, no por que no nos agradan, sino porque normalmente nuestros horarios no cuadran, y por ello casi todos me habían notado.

Pensé que mi técnica de evasión había funcionado hasta que cuando iba a salir del gimnasio alguien me tocó el hombro llamando mi atención, era Dani.

–Hey, ¿Qué tal todo? –debió ver mi cara de confundido porque volvió a preguntar–Si, sobre tu familia en España, Gavi me contó ayer algo sobre que te habían dado malas noticias desde casa.

–Eh si bueno, voy tirando–fue lo único que pude decir, estaba sorprendido de que Pablo le hubiera contado algo tan íntimo sobre mi a este–Y tu. ¿Qué tal todo con Pablo? –sabía que con esa pregunta solo me haría más daño, pero ya que no podía ser yo quien quisiera a Pablo, me quería asegurar de que Dani le quisiera la mitad de lo que yo podría.

–Bien, me dijo que te contó lo nuestro–dijo mientras parábamos para hablar más cómodos–Va todo de maravilla, hay mucha confianza en la relación.

–Me alegro–obviamente no lo hacía–Cuídale que si no tienes a una selección entera contra ti–intente sonar gracioso, pero al final pareció más una amenaza, tampoco me arrepentí de ello.

–Tranquilo hombre–dijo riendo–Eso no hace falta que me lo pidas, para eso soy su novio–dijo esto último con aires de superioridad.

Después de esto se fue junto a más gente del staff por un pasillo diferente.

Ese chico no me daba buena espina, no me caía bien y definitivamente no confiaba en él para cuidar a Pablo y mucho menos para ser su novio.


Que pasaría si...-Pedri y GaviWhere stories live. Discover now