12.Hay que pasar pagina

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Pedri

Sentía que me faltaba el aire y que las lágrimas estaban a punto de desbordarse de mis ojos...

Había salido de la habitación de Pablo prácticamente corriendo, solo quería encontrar a Ferran, o a Unai, incluso me valía con Ansu, solamente alguien con el que pudiera llorar sin ser juzgado.

Me sentía dolido de todas las formas posibles, nos habíamos hecho daño mutuamente, pero en el momento en el que me llamo Pedri me di cuenta de que no sabía si volveríamos a tener la amistad que teníamos antes, por lo menos de mi parte y más gracias a mis sentimientos.

Muchos no lo entenderían, a lo mejor nadie lo entendía, ni siquiera Pablo. Pero ese cambio de vocal al final de mi nombre significaba la amistad y la confianza que teníamos desde el momento en el que nos conocimos, solo el me llamaba así en el equipo, obviamente a veces Luis Enrique o mi familia cuando el tema era más serio.

Busqué mi móvil y lo saqué del bolsillo, rápidamente llamé a Ferrán, quien contestó a los pocos segundos.

–Pedrii, que tal con Pa... –paro de hablar cuando noto mis sollozos–Todavía falta una hora para irnos, estamos en mi habitación–me dio la respuesta que necesitaba sin siquiera pedirla.

Era el mejor.

–Gracias ya voy–dije aguantando las lágrimas y colgué.

Llegué a la habitación de Ferran casi corriendo y me abrieron al instante.

En cuanto sentí que la puerta estaba cerrada me derrumbé y empecé a llorar a mares.

No sé cuánto tiempo estuve llorando, pero sentía a Ferran sentado a un lado mío diciéndome que todo tendría solución y oi decir a Ansu que iría a por agua y algo de comer.

–Odio que me afecte tanto–dije cuando me calme.

–Lo sé–respondió Ferran con paciencia.

–Lo peor es que no somos nada y no debería sentirme así-me queje notando como los ojos se volvían a llenar de lágrimas.

–Eh no digas eso–dijo mientras me agarraba de los hombros para que lo mirara a la cara–Tienes todo el derecho a sentirte así, por que no solo tiene importancia que te guste sino que también eres su mejor amigo y que te haga todo esto es una putada–explico.

Nos quedamos un rato en silencio, solamente él, quien consideraba mi hermano, me hizo compañía por milésima vez.

–Gracias–dije en un susurro.

–Sabes que no las tienes que dar.

En ese momento sonó la puerta y una parte de mi se tenso por la mínima posibilidad de que fuera Pablo.

Ferran se levantó y abrió, era Una, mi pobre corazón podía descansar, de momento.

Unai me miró preguntándome con la mirada cómo estaba, yo simplemente le asentí, después se lo explicaría, a los tres, ahora teníamos un partido que ganar.

–Hay que bajar ya, el autocar ya va a llegar–dijo Unai.

En el autocar me senté con Unai intentando ignorar la extraña sensación de no sentarme con el mismo chico de siempre, mentalizándome para ganar el partido.

Mi plan iba bien hasta que Pablo entró al bus y vi su cara desconcertada al verme sentado con el portero.

–Venga ya–reclamó el sevillano–siempre nos sentamos juntos.

–No nos vamos a morir por no sentarnos juntos–le respondí igual que él había hecho tan solo una hora antes–¿Verdad Gavi?

Él se congeló durante unos segundos y después reaccionó como si nada pasara.

Que pasaría si...-Pedri y GaviWhere stories live. Discover now