En el vasto multiverso, existen opciones infinitas. Entonces, ¿cuál era la probabilidad de que uno de tantos seres llegara a encontarse con otro igual de singular? Al parecer, alta. Y es que 2099 se encuentra en una dimensión diferente a la propia...
¡Gracias por todo el apoyo! :') Espero les guste ❣ por si se preguntan, la imagen la edité a conveniencia (¿qué les parece como me quedó? jé), es del manhwa wet sand
posibles incoherencias | faltas ortográficas.
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Peter Parker podía ser muy paciente. Sin embargo, Miguel O'Hara estaba poniendo a prueba sus límites.
El moreno persistía en la misma posición sobre él, a horcajadas. Peter ahora apretando la cintura ajena, y mirándolo con seriedad. Pero al pelinegro parecía darle lo mismo, enfrascado en lamer y marcar su cuello, jalando de su cabellera.
―Dijiste que escucharías, pero pareces ser sordo, ¿eh? ―No era solo el hecho que el otro lo ignorara lo que le estaba irritando, si no que el veneno parecía no darle tregua tampoco... Un momento... ― ¡Deja de seguirme drogando, Miguel!
Cayó en cuenta que al seguirlo mordiendo, sin duda, ahí estaba depositando más veneno. Así que el mayor hundió más sus uñas, y Miguel levantó finalmente su mirada escarlata. Brillando de emoción, una que Peter en realidad no supo discernir cuál era. Aunque pudo adivinar por la ceja oscura arqueada, que una de esas emociones contenidas era la diversión.
―Vamos, güerito ―habló. La última palabra Peter supuso que era en español.― Solo ayúdame ―añadió con un movimiento bastante sugerente.
― ¿Sabes? No llevamos ni un día, colmillos. Ni un día de conocernos ―Reprochó Peter ya más resignado con la situación que molesto. ― Tiene que haber otra manera... ―pensó en voz alta el castaño.
Sin embargo, todo intento de ser racional en ese momento se fue de sabático, ya que el pelinegro parecía haber configurado algo en su dispositivo y su traje estaba desapareciendo, dejando a la vista solamente un glorioso y firme cuerpo bronceado. Sus anchos hombros y pectorales fornidos extendiéndose frente suyo, pidiendo ser tocados. Su cincelada cintura y sus muslos torneados bajo las palmas de sus manos que picaban por deslizarse sobre esa piel bronceada.
El ojiazul jamás había cuestionado su sexualidad, y tampoco tenía problema con ello. Pero, por el amor a Dios, quería creer que ese veneno era el causante de esos pensamientos poco dignos de un héroe, así que estaba haciendo un esfuerzo magistral para ignorar los impulsos que lo estaban carcomiendo.
Peter respiró hondo, y dijo:
―Necesitamos... oye, deja de moverte así.
― ¿Te molesta?
―No soy de piedra.
Sus respiraciones siendo más frecuentes y rápidas en un inútil intento de calmarse.
Solo necesitaba que su sistema diluyera el afrodisíaco, y podría pensar mejor.
O eso quería creer antes de sentir los labios del moreno sobre los suyos, en un breve pero enérgico choque, mordisqueando y chupando. Siendo aplastado contra el respaldo de su cama, sintió que el aire le faltaba, el balanceo del moreno y sus jadeos, sintiendo como temblaba bajo su toque. La presión que ejercía el más alto sobre él y el calor que brotaba de su piel, hacía todo más surreal.
