𝟷𝟾 - 𝐴𝑙𝑚𝑎𝑠 🕸️

1K 180 54
                                    

Meses atrás

—¡Este lugar es perfecto! —gritó la mujer con una irritable voz chillona—. Justo como lo había soñado.

Jungkook masajeó su sien para tranquilizarse.

—Es lo que prometí —respondió con un tono de voz carente de emoción.

La mujer volvió a gritar mientras daba un segundo recorrido por el local que ahora le pertenecía. Jungkook encontró repulsiva la euforia de la mujer por un sueño completamente material, pero su labor estaba concluida y eso es todo lo que importaba.

—Regresaré cuando sea momento de pagar —espetó, caminando hacia la puerta.

—Mi alma por un lujoso y rentable negocio. Eso parece un buen trato —comentó entre risas la mujer antes de perderse en las interminables cajas de mercancía.

Jungkook no se tomó la molestia de sonreír ante el comentario.

Pocas personas estaban tan dispuestas como esa mujer a renunciar a su propia esencia por algo tan mundano, convirtiéndola en uno de los seres más superficiales que hubiera conocido. No entendía lo que El Dragón podía desear de una persona así, pero cuestionar la elección de la criatura no era algo que le correspondiera.

Salió del local y caminó por el largo pasillo principal de uno de los centros comerciales más emblemáticos de Seúl; el lugar era agradable, aunque no de su entera predilección. Las personas a su lado transitaban con enormes bolsas de compras, pavoneándose frente a otros y presumiendo todo lo que su maldito dinero podía conseguir.

Jungkook quiso reír por lo ridículos que lucían, pero se contuvo de hacerlo porque, durante los últimos años, él mismo estuvo gozando un poco de los placeres materiales. Debía admitir que el dinero poseía cierto encanto, uno banal y efímero, aunque encanto al fin de todo.

—Buen día —saludó con una sonrisa premeditada a una mujer de cabello rizado que se encontraban de pie frente a la puerta de una boutique.

Ella lo saludó de vuelta con una pronunciada reverencia que terminó por convertirse en un balanceo exagerado de sus caderas y un intercambio de miradas sugestivas.

Además del dinero, el arte del flirteo era otra de esas pequeñas cosas que disfrutaba en su tiempo libre. No podía decir que lo encontrara significativo, pero ayudaba a pasar las largas temporadas donde no tenía un trabajo en curso y su miserable y vacía eternidad comenzaba a sofocarlo.

«Lujos. Sexo. Apariencias». Con esa lista de prioridades, casi parecía tan mortal como todos a su alrededor.

Observó el reloj en su muñeca y notó que aún faltaban varios minutos para la cita acordada con Eunwoo. Así que, tan solo porque adoraba deleitarse con el comportamiento extravagante de algunos, continuó caminando con paso ligero para prestar atención a las vitrinas de un par de tiendas.

Siempre encontraba al mismo tipo de persona en aquellos establecimientos: vanidosos, exigentes e insoportables. Los vendedores parecían comprender muy bien la clase de clientes que ingresaban allí y se esforzaban por cumplir todos sus caprichos. Podría parecer que tenían todo bajo control, pero desde su posición, el sufrimiento de esos pobres seres era muy notorio.

Las comisuras de sus labios se elevaron cuando se percató del momento justo en que una vendedora colocó en su lugar a una mujer de mediana edad que discutía con ella por algún inexistente defecto en una prenda con la única intención de obtener una rebaja. Era probable que la trabajadora fuera despedida, pero Jungkook aplaudía su coraje.

Continuó andando, sin encontrar otra escena que fuera tan divertida como la que acababa de presenciar. Estaba listo para alejarse del pasillo principal e ir en busca de Eunwoo hasta que vio de soslayo a alguien en el interior de una tienda que hizo que detuviera sus pasos por completo.

The Promise | KookV♡Where stories live. Discover now