Jimin, un instructor de vuelo divorciado que en una inocente noche de copas donde celebra su reciente vuelta al mercado de solteros conoce a su destinado sin saberlo.
Jungkook, un joven profesor de secundaria llega al mismo lugar con la misión de...
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"Ellos dos eran como el cause de un rio, siempre fluyendo en la misma dirección".
¿Nervioso? No, para nada.
Esa era una completa mentira, lo estaba y mucho, sus piernas aún se sentían como gelatina, su corazón parecía salirse de su pecho, era muy joven y saludable para tener una afección cardiaca.
Si lobo gruñó, no quería aceptar que estaba al borde de un colapso nervioso después de ver a ese gato mugroso y escurridizo.
Cerró los ojos frustrado, no podía negarlo, cuando vio a Jimin su lobo rasgaba su pecho ansioso por abrazar al alfa castaño, quería reposar su nariz en la curvatura de su hermoso cuello y llenarse de su aroma.
Lo que sentía cuando veía a Jimin no era normal.
La primera vez fue extraña, cuando lo vio todo se desvaneció al rededor, se apoderó de él la necesidad de acercarse, tocarlo, saber si su piel era tan suave como se veía, su garganta de seco cuando sentía su aroma, su lobo alterado lloriqueaba.
Obviamente culpó al alcohol.
Pero hoy sin alcohol corriendo por sus venas, todo fue aún más intenso, quería abrazarlo, poseerlo, dejar en él una marca de aroma al menos.
Quería que ese alfa sea suyo.
Después de haberse resistido lo que más pudo, terminó por aceptarlo, Jimin le gustaba y mucho.
Sintió una extraña calidez en su pecho con tan solo susurrar su nombre, estaba seguro que el pulgoso animal en su interior se retorcía de risa burlándose de él por su necedad, no lo culpaba.
Jungkook contaba los segundos para ver al alfa de lindos ojos nuevamente, quería lucir genial para él, conocerlo un poco más, entonces tuvo la idea más increíble que un adulto responsable y maduro podía tener.
Entró en el aula donde tenia la siguiente clase, sus alumnos emocionados lo saludaron, era hora de poner en práctica toda la psicología que Namjoon y Taehyung aplicaban en él.
Escribió en la pizarra dos temas distintos, muy distintos, si su intuición no fallaba sus chicos elegirían la segunda, rogaba a la luna no equivocarse, cruzó los dedos para que así sea.
• Leer los libros literatura clásica que debían traer y debatir sobre sus temas.
O lo que necesitaba con desesperación para conocer un poco más de Jimin.
• Tema abierto: Padres.
Sus alumnos emocionados votaron por la segunda opción, sobre todo una linda castaña que tenía esa sonrisa de ojitos preciosa idéntica a la de Jimin, estaba seguro que Somi era la hija del alfa.
