¡Confía en mi! -Remastered-

Chapter 3 -Remastered-

Recomendación para nuevos lectores: Ya que la historia esta actualmente teniendo una remasterización es recomendable solo leer los capítulos marcados con "Remastered" en el título si no quieres spoilearte o confundirte. Muchas cosas en la trama van a cambiar, pero las versiones anteriores no se borran hasta que los capítulos nuevos salgan porque también hay gente curiosa que le gusta comparar, se respetan ambos lados. Gracias por la atención :)

París - 7:18 AM

"Cinco años conociéndote y el día que te vas decides darme el gusto de cocinar."

Una sutil risa lleno el silencio en la sala del apartamento. 

"Es una cortesía. Espero no me intoxiques."

"Oh, Umi, haré que desees quedarte. Solo espera y veras, una cucharada de esto y no querrás escapar de mi."

Umi, Sonoda Umi. Así es.

O como muchos la conocen: "The Blue Archer". La misteriosa escritora más famosa del momento, la década incluso. 

Sí, era un mal nombre; pero ignorando la poca originalidad y falta de tiempo para pensar, sus escritos y novelas eran la cúspide de todo lo melodramático, aventurero y, para sorpresa de quien la conociera bien, lo romántico.

"¿Estas haciendo brujería o intentas cocinar?" su voz era juguetona y tenía una toque sarcástico típico de la peliazul. 

"Jaja, eres taaan graciosa." 

Umi volteó a la cocina, topándose de lleno con los ojos verdes de su compañera, quien la observaba atentamente con los brazos cruzados sobre la encimera y una espátula en la mano. Reprimió una sonrisa ante la familiaridad de la situación, sin embargo, su contento se borró cuando luego de unos segundos manteniendo la mirada la castaña no pudo evitar ojear la pila de maletas que estaba organizando en la sala de estar causando que su expresión diera un giro de trescientos sesenta grados. 

Un 'perdón' ya se estaba formando en su cabeza, pero fue interrumpida antes de siquiera abrir la boca. 

"No, no lo digas." La menor murmuró forzando una sonrisa.

"...¿El qué?"

"Te vas a disculpar. No quiero que lo hagas, no hay nada de lo que debas arrepentirte." Umi no era fácil de leer, pero esa chica la conocía como la palma de su mano. Aún con una clara incomodidad siguió sonriendo y se dio la vuelta hacia la estufa "Estas regresando a donde perteneces y ella...ella seguro te extraña mucho."

El corazón de la escritora se zanjo con un sentimiento muy conocido; culpa. Pero a diferencia de hace años, Umi ya no era la chiquilla avergonzada que dejaba las cosas a tiros sueltos. No, las riendas las tenía ella, y enfrentaría las consecuencias de sus acciones con la cabeza en alto sin importar cuanto le pudieran doler.

Con un suspiró suave dejó caer la ropa que previamente estaba doblando para ponerse de pie. Caminó despacio y tan pronto llegó a la cocina apagó el fuego de la hornilla. La miro a la cara y sin pensarlo dos veces la envolvió en un fuerte abrazo. Sus cejas se fruncieron al sentir las delicadas manos de la menor aferrarse inseguramente a su espalda. 

"Gracias, Celine, por todo. Sin ti no sé que hubiera sido de mi, no estoy segura de haber podido llegar hasta aquí sin que estuvieras a mi lado."

Celine Payet, la única luz que estuvo dispuesta a guiarla en la aterradora oscuridad de un mundo completamente nuevo a pesar de que estaba rota y sin nada que ofrecer. Pero la chica francesa nunca pidió nada a cambio, ni una sola vez. 

Era devota a ella, tan devota como un religioso a su dios, pero sin fanatismos ni oraciones precarias. El afecto era mutuo, distinto en grados, pero mutuo, respetuoso y gentil. Aún cuando Umi dibujó limites inquebrantables y rompió su corazón con el rechazo, siguió a su lado. Aún cuando Umi confesó incontables veces que su amor pertenecía a otra mujer, siguió a su lado. Porque Celine no era egoísta, al contrario, ¡lo odiaba!