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Capítulo 11

Estaba pensando en decirle al diseñador qué camisa y qué corbata usaría al final, pero  lo dejé pasar. El obstinado diseñador confiaba en que tendría al novio perfecto con su  energía y pasión.

La ceremonia de la boda entre Kang Hae-ah, el hijo menor del presidente de Hansung Group, y Cheon Tae-rim, director ejecutivo de AOM, no fue más que una fiesta. No  había nada en él que pudiera coordinar. A excepción de la luna de miel, en donde lo  dejarían ser, y podría finalmente deshacerse de los últimos flash de las cámaras en el  aeropuerto.

Para mí, cancelar toda mi luna de miel en Tahití fue un acto abrumador. Como el hotel y  el itinerario se establecieron hace tres meses, la secretaria parecía estar muriendo  cuando le dije “cancélalo” como algo casual.

No tuve que preocuparme porque ya sabía que el viaje no estaba hecho para una pareja  como nosotros. Antes y ahora, un hombre llamado Cheon Tae-rim y yo no podrían  consideraron como unos novios amorosos.

Ponernos en una habitación de hotel con hermosas playas y un ambiente dulce solo  haría que la relación fuera más incómoda.  Cuando pienso en mi última luna de miel, y lo que hice. “Tal vez por si acaso…”.

Cuando Kang Hae-ah, que tenía falsas expectativas, salió de la ducha después de un  largo baño, encontró a Tae-rim exhausto y dormido en la cama. Fue porque la  ceremonia de boda, estuvo llena de periodistas, empresarios chaebol*, políticos,  artistas y celebridades, que equivalían a una tortura.

El número de invitados por parte de Cheon Tae-rim, la familia del fiscal jefe, también  fue formidable, pero si el número de invitados era equivalente a un dígito, el número de  invitados del lado de Kang Hae-ah excedían los 3 dígitos. Fueron los invitados de mi  padre, para ser exactos.

Sentí pena por tal hecho, así que le quité los calcetines al Sr. Tae-rim que estaba  dormido. Me disculpe por este tipo de matrimonio. Y me quedé despierto toda la noche mirando el mar nocturno.

En ese momento; entre nosotros, estuvo todo bien. El Sr. Tae-rim pensaba que yo era  un artista divertido y me gustaba que pensara así. Se prometieron mutuamente convertirse en socios como amigos, ya que pronto Kang Hae-ah se manifestaría como  un omega. Sin embargo, unas vacaciones de dos semanas seguramente conduciría a  una mala relación incluso si fuera con un amigo cercano.

No quería volver a repetir ese terrible viaje. Tahití, solo nos hizo cansarnos  mutuamente, fue absolutamente repugnante.

“¿Dónde te gustaría viajar, entonces? He escogido algunas lugares, pero ¿podrías  echarles un vistazo a las opciones por un segundo?”  Un planificador de bodas, que no sé si me pregunto por segunda o la tercera vez, tomó  su block de notas y se quedó a mi lado. Le pedí que hiciera un nuevo plan a partir de ahora, puede que se queje, ya que hay un largo camino por recorrer.

Ver al diseñador que no pudo ocultar su enojo y al asistente quien hizo un sonido  lastimero me recordó a una conversación con mi padre. Las personas de carácter fuerte  como su hermano y hermana, suelen gustar más a la gente… puede que tenga razón.

Ya sea que trabajaron por un periodo temporal o por años como si fueran parte de la familia, el personal que trabajó para mi generalmente me trataron con más amabilidad que a sus padres, hermanos y hermanas. Después de la noticia sobre ser omega, la  actitud se volvió visiblemente más cómoda.

La razón es simple. Porque no soy el presidente del Grupo Hansung ni el sucesor. Los  medios trataron al artista Kang Hae-ah como una celebridad. Nunca he hablado de negocios, pero se rumorea que sabía diferenciar entre el precio de una foto de aeropuerto y una obra.

Los calificativos otorgados a Kang Hae-ah, de 26 años, fueron  #artistachaebol #artistaN1enventas #artistadelaño, etc.  Por lo tanto, las actitudes de quienes trataron conmigo y sus preferencias fueron  diferentes. Kang Hae-ah, el personaje que mi padre creó para mí, yo era ese hombre, y  solo vivía fielmente la vida que él había creado.