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Satoru se detuvo. Dudando, quizá. Recuerdo cuando éramos estudiantes y solía abrazar de los hombros a Getou o simplemente le daba una palmada en el hombro.

Suspiré profundamente.

— Getou — hablé. Al parecer, mi llamado lo hizo reaccionar porque comenzó a levantarse. Al momento que sus ojos cafés se unieron con los míos azules, tuvo que parpadear repetidas veces.

— ¿Sun...Mi? — preguntó, aturdido. Sonreí y lo abracé fuertemente -. Sunmi.

— Getou — dije con el dolor en el pecho y en la garganta una horrible punzada. Me abrazó con fuerza mientras se ponía a llorar y sollozar.

— ¡Vi todo lo que pasó, lo siento mucho! — exclamó, sollozando. Levanté mi mirada para ver a Satoru, este estaba cabizbajo con las manos empuñadas — ¡Lamento haber sido el causante de todo esto! ¡Lamento haber sido quien selló a Satoru y te selló a ti!

— Getou — habló Satoru y el hombre que tengo en brazos, en lugar de verlo, presionó más sus brazos para no soltarme y escondió su rostro en mi cuello —. Ge...

— ¡Lo siento, Satoru! — respondió y finalmente se separó para verlo — ¡Lo siento, lo siento!

— Tú no eres culpable de nada — dijo mi esposo, aún mirando hacia abajo —. Tú estabas muerto cuando comenzaron a hacer uso de tu cuerpo. No eres responsable de nada.

Sentí un mareo y cómo algo me golpeó el estómago para dar bienvenida a las náuseas. Vomité alejada de ellos, cubriendo mi estómago y apoyándome en el suelo con mi otra mano. No, esto no es por el embarazo... Las almas de las personas estaban malditas y mi anatomía está rechazando dicha energía porque yo ya no puedo tenerla. El ardor en el esófago es insoportable, el sudor se confunde con mis lágrimas y mi miedo de perder a mis hijos va creciendo.

— ¡Sunmi! — exclamó Satoru junto con Getou —. Sunmi...

— Fue por Kenjaku — dijo Suguru. Los mareos no se detienen y siento que me voy a desmayar —. Él lo planeó todo para hacerle daño a Sunmi desde dentro.

— ¿Desde... Dentro?

— Tene...

Una mano en mi hombro fue la causante de que levantara la cabeza. No es una mano grande como la de Satoru y Getou, sino que es pequeña y fina...

— Ieiri — susurré. Ella sonrió y pude sentir cómo el malestar comenzaba a disminuir.

— Zen'in me contó la situación — comentó —, así que he venido a ayudarlos, aunque sea sanando sus heridas - miró al pelinegro que se encontraba junto a nosotros y lejos de entristecerse, más bien le dio un golpe en la cabeza — ¡Idiota!

— ¡Ya, no me grites! - exclamó Getou, sobando la zona del golpe y Satoru y yo comenzamos a reír. Shoko solía hacerle eso a Suguru nada más para molestar. Así como Satoru me molestaba al despeinarme.

Veo que eso no funcionó — dijo una voz detrás de nosotros. Era Kenjaku, pero, aún tenía el cuerpo de Suguru. Se dio media vuelta para irse. Vaya cobarde.

— ¡Oye, tú! — exclamó Satoru - ¡Aún no hemos terminado!

— Pues yo ya acabé.

Molesta, disparé a la maldición en su hombro. Me miró molesto y yo le sonreí.

— Juré matarte — dije —, y ese juramento lo voy a cumplir.

— Ahora entiendo porqué tu padre te detestaba tanto.

— Siempre tienes que mencionar a mi padre — a duras penas me puedo poner de pie. Getou, Ieiri y Satoru me ayudaron al tomar mis brazos y mis manos —. Pero, ¿sabes algo? — lo miré sobre mi hombro —. Lo maté sin piedad alguna. Ahora, que ya no usas el cuerpo de Getou, podré matarte sin algún remordimiento.

Silent Cry; Gojo Satoru.Where stories live. Discover now