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<<Se ha abierto la cámara>>

-Sinceramente, señor –habla Belladona –no fui yo. Ninguno de nosotros en realidad.

Los chicos tenían nervios al pensar que Salazar Slytherin, su señor, se pondría furioso con ellos, pero solo cruzo los brazos por detrás de su espalda y respondió.

<<Al parecer mi heredero sanguíneo por fin consiguió una víctima>>

- ¿Alguien en Hogwarts tiene el apellido Slytherin? –preguntó Pansy contrariada

<<No, es alguien que nunca debió conocer la luz del día, es un descendiente ilegitimo. Un ser que mancha la sangre noble de mi legado>>

- ¿Es mestizo?

<<Así es, niña. Se hace llamar Tom Riddle>>

- ¿Qué haremos con él? –preguntó Draco

Salazar lo pensó un momento y luego se volteó hacia los chicos.

<<Esto los puede beneficiar, pueden actuar con más cuidado cuando utilicen a mi basilisco y pueden culpar al mestizo que se hace llamar heredero>>

Belladona se despertó pronto el sábado por la mañana y se quedó en la cama pensando en lo que le dijo Salazar Slytherin. Otra persona iba a realizar ataques como ellos, pero eso les facilitaba la tarea que les había encomendado Salazar.

- ¡Belia! –llamó Pansy quien se terminaba de poner su bufanda de Slytherin–Ya debemos irnos.

Luego de arreglarse junto a su amiga, ambas bajaron a desayunar. Allí encontraron a todo Hogwarts, por una parte, estaba todo el equipo de Gryffindor en su mesa y en la otra mesa el equipo de Slytherin, en todo el Gran Comedor se sentía la tensión de las casas rivales.

Cuando faltaban poco para las once, el colegio en pleno empezó a dirigirse hacia el estadio de quidditch. Hacía un día bochornoso que amenazaba tormenta.

En los vestidores se encontraban el equipo de Slytherin colocándose sus túnicas verdes de Slytherin y luego se sentaron a recibir la habitual inyección de ánimo que Pucey les daba antes de cada partido.

-Primer juego de la temporada. Tenemos mejores escobas que Gryffindor, pero no podemos confiar en ellas ciegamente, el noventa y nueve porcientos del trabajo lo hacemos nosotros y el uno por ciento faltante lo hacen las escobas. Hemos entrenado igual que ellos, pero hemos volado bajo todas las circunstancias climatológicas.

-Ni que lo digas –murmura Blaise –no me he secado del todo desde agosto.

-Vamos a hacer que se caigan de sus escobas cuando vean nuestra arma secreta y les haremos tragar sus palabras sobre que nos dejamos sobornar con regalos de la familia Malfoy y Zabini.

Con la respiración agitada por la emoción, Adrián Pucey se volteó hacia el jugador número cinco, el buscador.

-Es tu misión, demostrarles que un buscador es más que tener un buen apellido. Tienes que coger la snitch antes que Potter, o perecer en el intento, porque hoy tenemos que ganar.

Cuando salieron al campo, fueron recibidos por aclamaciones de su casa, las demás casas estaban apoyando vigorosamente a Gryffindor. La señora Hooch, la profesora de quidditch, hizo que Pucey y Wood se dieran la mano, y los dos contrincantes aprovecharon para dirigirse miradas desafiantes y apretar más de lo necesario.

-Cuando toque el silbato –dijo la señora Hooch –tres..., dos..., uno...

Animados por el bramido de la multitud que les apoyaba, los catorce jugadores se elevaron hacia el cielo plomizo. Harry ascendió más que ningún otro jugador, aguzando la vista en busca de la snitch.

Belia Potter [Draco Malfoy]Where stories live. Discover now