Tensión (y no sexual)

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Tensión

Tensión es la palabra clave, que describe a la casi perfección, lo que puñetas esté pasando en cierta clase.

Toda la clase de Tucker estaba al tanto de la gran pelea contra Tweak. Sabían que iba a ser una de las batallas más legendarias de todo Southpark, puesto que el rubio había mejorado físicamente a base de boxeo. Por el contrario, el pelinegro ya tenía una genética fuerte y nunca práctico algún deporte. Bueno, excepto Judo, que duró un mes.

El caso es que todos estaban entusiasmados, no sabían cuando sería la pelea, por eso la tensión. Ese misterioso lugar y la desconocida fecha, hacían crecer más y más su curiosidad. Por eso cada vez que Craig llegaba a su clase, todos se ponían en silencio, por si el chico tenía algo que decir.

Era viernes, y ya habían pasado dos días desde la discusión con su nuevo "némesis". Y aunque solo hayan pasado un par de días, ya se había dado cuenta de que pasaba algo extraño en el aula. Ese incómodo silencio cuando entraba era abrumador.

Por eso dio un largo suspiro antes de entrar.

El rechinar de la puerta hizo que todos se callarán, y el silencio reino en la sala. Por Dios, todavía no había entrado y los espermatozoides llamados compañeros, ya estaban esperando su entrada por saber de quién se trataba.

-Ujuhm- Fingió toser al sentirse observado.

Con todos los músculos tensos, se dirigió a su respectiva mesa. Por suerte ya estaban presentes sus dos compañeros de mesa. Stanley Marsh quién se sentaba a su derecha, y Heidi Turner, en el lado opuesto.

La castaña hablaba felizmente con su actual pareja, Eric Cartman, en cambio
éste no parecía igual de feliz que la contraria. Sea como sea, el pelinegro se dió cuenta que la chica le miraba de reojo, al igual que el regordete.

-¿Sabes por qué todos se callan cuando entro?- Bufó cansado. Sin rodeos, Tucker era un chico que iba directo al grano.

Stan le miró confundido y dió media vuelta mirando a todos lados, como si estuviera verificando que nadie los escuchase. Todos los alumnos pasaron de mirarlos a disimular hacer algo con sus aburridas vidas.

—Perdona, se me olvidaba que en este colegio no tienen vida propia— Escupió Marsh con un leve fruncido.

—¿Enserio? No me había dado ni cuenta—

—Sí...— Los dos se rieron en bajito a la par —Craig, no quiero meterte presión, pero aún no has dicho nada sobre la pelea y... Todos estamos ansiosos—

—Hermano, te he dicho todo sobre la pelea—

—¿Eh?—

—"¿Eh?" Hombre, es el domingo a las seis—

Y como si todo el mundo estuviera pendiente a la conversación, todos sus compañeros empezaron a saltar y a gritar de felicidad, se abrazaban entre ellos y juraría que a alguno se les escapaba una lagrimita.

Al mismo tiempo que se felicitaban entre ellos, como si hubieran ganado un mundial. Tucker miro extrañado la escena, pero su rostro cambio por una sonrisa de oreja a oreja, al oir a sus compañeros gritar su sobrenombre.

—¡Feldspar! ¡Feldspar! ¡Feldspar— Gritaban al compás.

Entonces esa inseguridad se transformó en un segundo a egocentrismo. Su ego aumentaba cada vez más cuando gritaban de nuevo su nombre. Ese verde esmeralda que poseía en los ojos, tornaban a un turquesa, provocado por un brillo peculiar que salía de ellos.

Que diría el Craig del pasado si lo viera. Aquel chico que solo era experto en teorías sobre la NASA, amante de las cobayas, y que le era indiferente que pensaban las otras personas sobre él. Antes seguramente le habría sacado el dedo de en medio a Eric por su propuesta, y se hubiera ido a comer unos buenos tacos con su mejor amigo, Clyde.

Sin frenos | CreekWhere stories live. Discover now